El caos estalló en la manada mientras el suelo seguía temblando bajo sus pies. Una luz plateada pulsaba desde el cuerpo de Elara en oleadas, empujando a todos hacia atrás. Solo los trillizos permanecieron de pie, formando un círculo protector a su alrededor. —Necesitamos alejarla de aquí —gritó Kael sobre el retumbar de la tierra.