Capítulo 40: El Corazón de Ronan

La ceremonia terminó con Marcus anunciando un festín para celebrar el regreso de su hija. Mientras la manada se dispersaba, atrajo a Elara hacia él.

—Descansa antes del ritual de esta noche —susurró—. Necesitarás tus fuerzas.

Su fría sonrisa le hizo estremecer la piel. Dos guardias la condujeron a una lujosa habitación en el ala este, lejos de donde mantenían a los trillizos. Elara caminaba de un lado a otro por la habitación, con la mente acelerada. La llave metálica que Luna le había dado le pesaba en el bolsillo.

Necesitaba encontrar ese libro, pero primero, tenía que comprobar cómo estaban Kael y sus hermanos. Un suave golpeteo en su ventana la sobresaltó. El rostro de Ronan apareció, sonriendo a través del cristal. Su corazón dio un salto mientras corría a abrirla.

—¿Qué estás haciendo? —siseó, ayudándole a entrar—. Si los guardias te atrapan...

—No lo harán —dijo Ronan, sacudiéndose el agua de lluvia del pelo—. He estado escapándome de esta casa desde que era un cachorro.