Un Año Después
Elara estaba de pie en el balcón de las habitaciones de la Luna, observando cómo el amanecer pintaba el cielo de oro y rosa.
Exactamente hace un año, había estado durmiendo en los cuartos de las omegas, sin pensar en nada más que en sobrevivir otro día sin ser notada. Ahora era la Luna de la manada más poderosa de la zona.
—Es difícil de creer, ¿verdad? —la voz de Kael vino desde detrás de ella. Sus brazos rodearon su cintura, atrayéndola contra su pecho.
—¿Qué parte? —preguntó ella, recostándose en su calidez.
—¿Que sobreviví a tu padre intentando usarme como un arma? ¿O que tu antiguo ancestro intentó convertirlos a todos en asesinos obsesionados?
—Que todos salimos con vida —dijo Kael suavemente. La lucha con el antiguo Alfa casi los había destruido a todos.