—¿Una fiesta? —repetí, con la voz vacilando ligeramente mientras miraba el rostro entusiasmado de Sophia.
Antes de que pudiera responder, Levi apareció a mi lado, su cálida mano posándose en la parte baja de mi espalda. El contacto era sutil pero posesivo.
—¿Escuché que alguien dijo fiesta? —preguntó, mostrando su encantadora sonrisa a Sophia y sus amigos.
Sophia asintió.
—¡Sí! Estoy invitando a Hazel a una reunión este fin de semana en mi casa. Solo algunos amigos, buena música, comida... nada loco.
Los ojos de Levi se iluminaron.
—¡Eso suena genial! ¿No es así, cariño? —Se volvió hacia mí, su expresión tan genuinamente emocionada que casi me sentí mal por el temor que se acumulaba en mi estómago.
—Lo... pensaré —dije débilmente, tratando de evitar que mi sonrisa flaqueara.
Sophia sonrió.
—¡Genial! Te enviaré los detalles por mensaje. —Rápidamente intercambió números conmigo mientras sentía la mirada curiosa de Levi en mi rostro.