Annie retrocedió tambaleándose, sosteniendo su mejilla mientras el dolor florecía en su rostro. Mia atrapó a su amiga antes de que pudiera caer, estabilizándola mientras Annie miraba a Liam con total incredulidad. Sus ojos azules se abrieron de asombro, con la boca entreabierta. A su alrededor, los compradores del centro comercial se habían quedado inmóviles, con sus teléfonos ya listos para grabar el drama que se desarrollaba.
—¿Qué demonios, Liam? —gritó Annie, con la voz quebrada—. ¿Has perdido la cabeza?
Lucas dio un paso adelante, su expresión tallada en piedra. Sus ojos verdes, normalmente cálidos con destellos dorados, se habían endurecido como esquirlas de hielo esmeralda.
—Annie Williams y Mia Thompson, por la autoridad que se me ha conferido como Alfa de la manada Emberfang, ambas quedan desterradas de nuestro territorio, con efecto inmediato.
El rostro de Annie perdió todo su color.