Prepara algo de dinero para ella

En la sala, todos la miraban con duda y confusión.

Rick yacía en la cama del hospital, con el rostro pálido y la respiración débil. Parecía que podría fallecer en cualquier momento. Cecilia apretó los puños, esforzándose por mantener la calma.

—La cirugía está programada para el próximo miércoles —dijo. Su voz no era fuerte, pero era lo suficientemente audible para todos dentro de la habitación.

La habitación quedó en silencio por un momento, seguido de algunas discusiones.

—Cecilia, deja de bromear. La cirugía no es barata, así que cómo... —Mariah frunció el ceño, su tono claramente dudoso.

—¿Quién es el médico que conseguiste? —Francisco cuestionó.

Cecilia respondió con naturalidad:

—Evan.

Obviamente, personas como Francisco y Mariah no sabían quién era un pez gordo como Evan.

Mariah sonrió con burla.

—Cecilia, aunque no quieras pagar dinero por el tratamiento, eso no significa que debas conseguir a un estafador cualquiera.

Francisco resopló fríamente.