Emma parpadeó sus ojos hacia Alex. Alex le devolvió el parpadeo.
Asombroso.
—¿Eres Harry Potter? ¡¡Te pareces tanto a mí!! —exclamó Emma de repente.
—Definitivamente no soy Harry Potter —negó Alex con la cabeza.
Ella se rascó la cabeza, confundida. Luego, extendió la mano para pellizcarle la cara.
Él se sobresaltó, pero su cuerpo no se estremeció en absoluto.
—¿Entonces quién eres? ¿Por qué te pareces exactamente a mí? —preguntó ella.
Él examinó cuidadosamente su rostro, encontrándolo fascinante.
—Soy Alex Lawrence. ¿Quizás es porque somos gemelos?
—Alex...
Cuando finalmente se dio cuenta de quién era, lo abrazó fuertemente por la emoción. —¡Así que con quien he estado chateando antes era mi hermano gemelo!
Superada por la emoción, lo abrazó tan fuerte que ambos cayeron al suelo.
—¡Por fin te he encontrado! —gritaba Emma sin poder ocultar su alegría.
Alex encontró su cálido abrazo familiar; como si su propia madre lo estuviera abrazando.