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Para cuando Zhang Yang llegó al garaje subterráneo, para su sorpresa no vio la figura de Xia Xue por ninguna parte. Pero tan pronto como Zhang Yang entró, la puerta del garaje se cerró lentamente detrás de él.
Zhang Yang inmediatamente estalló en sonrisas alegres. ¿Estaba su traviesa prima jugando al escondite con él?
Zhang Yang abrió decididamente la puerta del coche para comprobar y vio que no había nadie dentro, lo que lo dejó momentáneamente aturdido.
—¿Dónde podría estar? ¿Podría haberse escondido debajo del coche?
Pensando así, Zhang Yang se agachó y miró debajo del coche, pero aún así, no encontró a nadie.
Zhang Yang estaba ahora un poco confundido hasta que su mirada finalmente se posó en el maletero.
En este momento, ese era el único lugar que quedaba.
Cuando Zhang Yang abrió el maletero, efectivamente encontró a Xia Xue acurrucada dentro.
Y en este momento, Xia Xue estaba usando un conjunto de lencería erótica.