Xu Mengyan apretó sus labios rojos, evitando hacer cualquier sonido.
Pero cuando la mano de Zhang Yang recorrió su bajo vientre, la inusual sensación de comodidad finalmente hizo que un suave «Mmm» escapara de su garganta.
Gradualmente, el sonido se hizo más fuerte.
Finalmente, separó sus labios rojos con un largo «Oh».
—Qué cómodo, tu masaje se siente tan bien.
En ese momento, Xu Mengyan comenzó a creer que las habilidades médicas de Zhang Yang eran realmente impresionantes. Había recibido muchos masajes en este salón de belleza antes, pero nunca se había sentido tan cómoda.
—¿Puedes presionar aquí de nuevo? Sí, justo ahí.
—Oh, oh, Dios, se siente tan bien, ¡tan caliente!
A Xu Mengyan le resultaba difícil no relajarse ahora; sus gemidos se volvieron más fuertes y más tentadores.
Los labios de Zhang Yang se curvaron en una sonrisa burlona.
—Este es el masaje 'tuina' de la medicina china. Impresionante, ¿verdad?
—Impresionante, realmente impresionante, ¡ah!!!