—Con el Abuelo interviniendo, la Oficina de Seguridad Pública seguramente se tomará esto en serio, bloqueará Yuncheng y evitará que el tesoro salga. Si Zhou Yang realmente lo robó, no tendrá que esperar a que Yue Dongnan lo mate; ¡nuestra familia Wu lo enviará primero al más allá!
Pensando en Zhou Yang, Wu Junyan rechinó los dientes con fastidio.
Ese Horno de Píldoras estaba vinculado a la posición prominente de la familia Wu en Yuncheng y su futuro, y era crucial para determinar su clasificación entre los cuatro jóvenes maestros de Yuncheng; ¡tenía que recuperarlo a toda costa!
Wu Yinshan asintió con ira contenida, tomó el teléfono móvil que el mayordomo le entregó y marcó al Señor Song Yunshan de Yuncheng.
—Señor Song, soy Wu. Me gustaría visitarlo por un asunto urgente, ¿me pregunto si es conveniente para usted? —Wu Yinshan, ocultando su rabia, mantuvo un tono respetuoso y educado.