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—Secretario General Gongsun, aquí está la cosa... —explicó Zhou Yang.
Gongsun Yan, habiendo escuchado del guardaespaldas de su hija que ella se había metido por error en el coche de otra persona, ya había adivinado lo esencial. Levantó la mano para detener la explicación de Zhou Yang y le dijo a su hija:
—Has estado dando vueltas por un tiempo, y apuesto a que ni siquiera sabes el nombre de tu novio.
—Su nombre no suena muy bien, me da vergüenza decirlo en voz alta —soltó una risita Gongsun Xiao.
—Déjame decírtelo entonces, él es el presidente del Grupo Estrella Brillante de Yuncheng, el vicedecano del Instituto de Artes Marciales de Yuncheng, Zhou Yang —se rió Gongsun Yan.
—Zhou...
Gongsun Xiao quedó estupefacta y examinó al tipo, preguntando:
—¿Eres Zhou Yang? ¿El que arrasó con las fuerzas del mundo subterráneo marcial de Yuncheng?
—Si no me equivoco, debería ser la persona a la que te refieres —asintió Zhou Yang con una sonrisa.