La enigmática llamada a través del fonógrafo había dejado a Merlín y al Consejo sumidos en una profunda reflexión, incluso mientras continuaban las frenéticas preparaciones defensivas. "La Rejilla... la Conciencia Unida..." Merlín repetía las palabras, consultando mentalmente su vasto repositorio de conocimiento arcano. La Tabla Esmeralda, atribuida a Hermes, hablaba de la unidad subyacente, del "como es arriba, es abajo", pero el término "Rejilla" (o "Lattice" en textos alquímicos más oscuros) sugería una estructura más definida, un patrón fundamental. Y la "Conciencia Unida"... ¿se refería a un esfuerzo colectivo?
"Alatar," ordenó Merlín, "usa tus habilidades. Olvida el futuro lejano. Busca... anomalías de conciencia. Concentraciones inusuales de energía mental focalizada en este planeta, ahora."
El anciano adivino cerró los ojos, su mente extendiéndose, guiada por la urgencia de Merlín. Pasaron minutos tensos. De repente, los ojos de Alatar se abrieron de golpe. "Encuentro algo... débil, pero intensamente concentrado. ¿En la costa de... México? Cerca de la península de Yucatán. Un grupo de mentes humanas... esforzándose, intentando... ¿estabilizar algo? Están muy cerca de la perturbación principal que emana del mar."
Merlín asintió. Yucatán... Cancún... justo en el umbral del despertar de Cthulhu. Y enfocados en la "estabilidad", la "coherencia". Era demasiada coincidencia. "Debo contactarlos," decidió Merlín. "Si están trabajando en la 'Rejilla' desde otro ángulo, su conocimiento podría ser vital."
Ignorando las miradas de preocupación de los otros magos por el riesgo de dividir su atención, Merlín cerró los ojos y proyectó su conciencia a través del globo, guiado por la débil pero distintiva firma mental que Alatar había localizado.
Cancún, México - Mismo momento
En el laboratorio improvisado, la presión era casi insoportable. El aire vibraba. Las luces parpadeaban. El sonido de las olas afuera se había vuelto un rugido gutural y antinatural. Mateo estaba acurrucado en un rincón, luchando contra las náuseas y las visiones fragmentadas que asaltaban su mente. Elena, Javier y los demás intentaban desesperadamente aplicar las técnicas chamánicas inferidas de las notas de Grinberg – cánticos rítmicos, respiraciones forzadas, visualizaciones intensas – pero sentían que solo estaban retrasando lo inevitable, como construir un dique de arena contra un tsunami.
Fue entonces cuando una figura apareció en medio de la habitación. No era física, sino una proyección de luz azulada y plateada: un hombre anciano, con una larga barba blanca y ojos penetrantes llenos de una sabiduría milenaria y una urgencia desesperada.
El grupo retrocedió, sobresaltado. "¿Quién... quién eres?" tartamudeó Elena.
"Soy Merlín," dijo la proyección, su voz resonando directamente en sus mentes. "Mago y consejero. No hay tiempo para explicaciones detalladas. Sentimos vuestra lucha. Estáis trabajando con la estructura de la realidad, la 'Rejilla', como la llamamos nosotros, ¿correcto? Contra la locura que despierta en el mar."
Elena asintió, atónita. "La Lattice Sintérgica de Grinberg... sí. Pero no es suficiente."
"Lo sabemos," dijo Merlín. "Nosotros también enfrentamos esta amenaza, junto con otras. Hemos estudiado la Tabla Esmeralda de Hermes Trismegisto durante siglos, pero nos falta algo. Y la llamada que recibimos... vuestro esfuerzo... creo que estáis cerca de otra pieza del rompecabezas."
Rápidamente, Merlín transmitió la esencia de su propio dilema: el conocimiento de los principios universales de la Tabla, el poder de la magia y las Clavículas, pero una falta de comprensión sobre cómo aplicar esos principios de manera estructurada y universal, las leyes operativas que gobernaban la vibración y la manifestación en la Rejilla.
Elena escuchó, y una comprensión repentina iluminó su rostro fatigado. "¡Los Principios Herméticos! Jacobo los mencionaba... creía que eran la clave filosófica que sustentaba los fenómenos que observaba. El Mentalismo, la Correspondencia, la Vibración, la Polaridad, el Ritmo, Causa y Efecto, el Género... ¡Son las leyes operativas de la Lattice!" Se giró hacia sus notas. "Pero nos falta la estructura, el mapa... ¡Cómo aplicar la intención conscientemente sobre esa Rejilla!"
"¡Exacto!" resonó la voz de Merlín en sus mentes. "Nosotros tenemos textos que describen esa estructura... geometrías sagradas, los patrones de la creación que se reflejan desde lo micro hasta lo macro. La Cábala habla del Árbol de la Vida, los antiguos constructores usaban la Flor de la Vida... ¡Son representaciones de la Rejilla misma!"
En ese instante, ambos grupos, separados por miles de kilómetros pero unidos por una amenaza existencial y un hilo de entendimiento compartido, comprendieron. Umbría tenía el "qué" (Tabla Esmeralda, poder mágico) y el "mapa" (Geometría Sagrada), pero le faltaban las "leyes operativas" (Principios Herméticos/Kybalion). Cancún tenía el "cómo" (interacción Conciencia-Lattice, técnicas chamánicas/sintérgicas) y las "leyes operativas" (Principios Herméticos), pero le faltaba el "mapa" (Geometría Sagrada) y el "qué" fundamental que representaba la Tabla.
Necesitaban ambos conocimientos. Ahora.
"Debemos compartir," dijo Merlín urgentemente. "No hay tiempo para viajar. Transmitiré la esencia de la Geometría Sagrada y los Principios Herméticos tal como los entendemos. Vosotros... transmitid vuestra comprensión de la interacción consciente, las técnicas de Grinberg y Pachita."
Cerrando los ojos de nuevo, Merlín comenzó a proyectar no solo palabras, sino imágenes, conceptos, patrones geométricos complejos – el Árbol de la Vida se superpuso con la Flor de la Vida, espirales doradas se entrelazaron con cubos y tetraedros – y la esencia de los Siete Principios Herméticos.
En Cancún, Elena y Mateo, actuando como conductos para el grupo, abrieron sus mentes y comenzaron a "transmitir" sus propios conocimientos: los datos de los campos neuronales coherentes, las visualizaciones chamánicas, la sensación de "empujar" o "moldear" la Lattice con intención pura, los ritmos y estados alterados que Grinberg había documentado.
Una fusión desesperada de conocimiento, un puente construido a través de la magia y la conciencia a través del globo, comenzó en los últimos momentos de calma antes de la tormenta. Dos enfoques radicalmente diferentes de la realidad convergían, buscando desesperadamente la clave para sobrevivir al despertar de un dios loco. El tiempo casi se había agotado.