El Punto de Quiebre de Kasper
El hedor acre de sudor y caucho llenó las fosas nasales de Kasper mientras golpeaba el saco de boxeo. Cada impacto envió ondas de choque por sus brazos, un trueno de frustración.
El sudor le picó los ojos, gotas saladas cayendo a la colchoneta gastada bajo sus pies.
Pero la incomodidad física no era nada comparada con la turbulencia en su mente.
¿Quién era el topo? ¿Quién dejó ese mensaje críptico?
¿Y por qué el "entrenamiento" de Vega se sentía como guerra psicológica?
Con un gruñido primitivo, entregó un golpe final y devastador. El saco se partió, arena silbando mientras se derramó al piso.
Compañía Inesperada
"Impresionante," ronroneó una voz familiar. "¿Pero qué te hizo ese pobre saco?"
Kasper se volteó, corazón saltando a su garganta.
Sara Blackwood se apoyó contra el marco de la puerta, las luces fluorescentes creando un halo alrededor de su silueta.
Sus nanobots zumbaron, respondiendo al pico súbito en su pulso.
"¿Día difícil?" preguntó Sara, paseándose hacia el gimnasio. El aroma de su perfume sutil cortó a través del almizcle del gimnasio.
Los ojos de Kasper se estrecharon. "¿Qué haces aquí, Sara?"
Se encogió de hombros, rodeándolo lentamente. Sus dedos se deslizaron por un estante de pesas cercano, dejando piel de gallina en su estela.
"Tal vez estaba buscando compañía. O tal vez solo disfruto verte destruir equipo de gimnasio."
A pesar de sí mismo, Kasper sintió una sonrisa tirando de sus labios. ¿Cuándo fue la última vez que había sonreído?
Un Desafío Emitido
Sara levantó un par de guantes de boxeo, el cuero gastado suave contra su piel. Se los lanzó a Kasper, quien los atrapó reflexivamente.
"¿Qué tal un oponente real? Podría ayudar a aclarar tu cabeza."
Kasper dudó, los guantes pesados en sus manos. ¿Podía confiar en sí mismo para entrenar sin revelar sus mejoras?
"No creo que sea una buena idea," dijo, las palabras sabiendo amargas en su lengua.
Los ojos de Sara destellaron con desafío. "¿Tienes miedo de que te gane, de la Fuente?"
Algo en su tono hizo que el espíritu competitivo de Kasper se encendiera. "Acepto, Blackwood."
La Danza Comienza
Se rodearon mutuamente en la colchoneta, el caucho chirriando bajo sus pies.
Sara se movió con gracia líquida, cada golpe preciso y calculado.
Kasper se encontró estudiándola, no solo como oponente, sino como un rompecabezas a resolver.
¿Quién era realmente? ¿Y por qué lo hacía sentir tan... normal?
Por primera vez en días, la tensión constante en sus hombros comenzó a aliviarse.
Saltan Chispas
Mientras entrenaron, los sentidos mejorados de Kasper captaron cada detalle.
El rubor ligero en las mejillas de Sara. La aceleración de su respiración, cálida contra su piel mientras lucharon.
La manera en que sus ojos chispearon con cada casi error, un desafío silencioso.
Era un misterio, igual que todo lo demás en esta academia. Pero por una vez, era un misterio que estaba disfrutando.
Momento Intenso
Súbitamente, Sara barrió las piernas de Kasper por debajo de él. Golpeó la colchoneta fuerte, el aire saliendo de sus pulmones.
En un destello, ella estaba encima de él, inmovilizándolo. Sus caras estaban a pulgadas de distancia, ambos respirando pesadamente.
Por un momento, el tiempo pareció detenerse. Kasper se volvió agudamente consciente de cada punto de contacto entre ellos.
Entonces Sara sonrió con suficiencia. "¿Ves algo que te guste?"
Kasper sintió calor subir a sus mejillas. "Solo tratando de entenderte, Blackwood."
Su risa fue musical, vibrando a través de ambos cuerpos. "Buena suerte con eso. Soy un enigma envuelto en un misterio."
"Envuelto en un paquete muy atractivo," pensó Kasper, sorprendiéndose a sí mismo.
Un Momento de Vulnerabilidad
Se desplomaron en una banca, músculos doliendo placenteramente. Sara pasó a Kasper una botella de agua, sus dedos rozándose.
Una corriente eléctrica pareció pasar entre ellos, haciendo que los nanobots de Kasper zumbaran.
"Entonces," dijo, su tono suavizándose. "¿Quieres hablar de lo que realmente te molesta?"
Kasper dudó. ¿Podía confiar en ella? Pero algo en sus ojos lo hizo querer abrirse.
"Es solo... todo," admitió. "La presión, los secretos. Sentir que no puedo confiar en nadie."
Un destello de las caras de sus compañeros de equipo cruzó su mente. Las miradas preocupadas de María, la hostilidad creciente de Sean, el nerviosismo inquieto de Lucas.
Sara asintió, su expresión comprensiva. "Sí, este lugar tiene una manera de meterse bajo tu piel."
Empujó su hombro juguetonamente. "Pero oye, al menos la compañía no está mal, ¿verdad?"
Kasper se encontró sonriendo. "No, no está nada mal."
Una Invitación Inesperada
Mientras salían del gimnasio, el aire fresco un alivio contra su piel calentada, Sara se volvió hacia él.
"Escucha, hay este pequeño café justo fuera del campus. Café genial, pasteles aún mejores."
Se mordió el labio, súbitamente viéndose casi... ¿tímida? "Tal vez podríamos ir a comer algo en algún momento? Ya sabes, si necesitas un descanso de todo esto."
El corazón de Kasper saltó un latido. ¿Le estaba pidiendo salir?
"Me gustaría eso," se escuchó decir.
La sonrisa de Sara fue deslumbrante. "Es una cita entonces. ¿Mañana, 3 PM?"
Kasper asintió, observándola alejarse con una nueva ligereza en su paso.
El Misterio se Profundiza
Mientras Kasper regresó a su cuarto, su mente fue un torbellino de pensamientos.
El topo, el mensaje misterioso, el entrenamiento brutal de Vega—todos eran preocupaciones apremiantes aún.
Pero ahora, mezclado con la preocupación y frustración, había una chispa de algo nuevo. ¿Emoción? ¿Esperanza?
Fuera lo que fuera, por primera vez en semanas, Kasper se encontró esperando con ansias el mañana.
Una Nueva Pista
Mientras llegó a su puerta, notó un pequeño pedazo de papel metido en el marco.
¿Otro mensaje? Su corazón corrió mientras lo desdobló, el papel áspero contra sus dedos.
Dos palabras, en escritura no familiar: "Ten cuidado."
La advertencia envió un escalofrío por su columna. ¿Era sobre Sara? ¿El topo? ¿O algo aún más siniestro?
El misterio se profundizó. Pero ahora, Kasper se sentía listo para enfrentar lo que viniera después.
Mientras entró a su cuarto, una notificación parpadeó en su datapad. Un mensaje de Vega:
"Cuarto de entrenamiento. 0500. No llegues tarde."
Mañana traería nuevos desafíos. Pero por esta noche, Kasper se permitió un momento de expectativa.
Una cita con Sara, y tal vez, solo tal vez, algunas respuestas.
Mientras se fue quedando dormido, una pregunta persistió: En una escuela llena de espías y secretos, ¿en quién podía confiar realmente?