Capítulo 21: Lazos de Sangre

La botella de vidrio rota explotó por todo el suelo mientras esquivaba el ataque de Elira. Su loba estaba medio transformada, con los dientes al descubierto y los ojos ardiendo de odio.

—¡Me robaste todo! —gritó, abalanzándose de nuevo.

Rodé detrás de una mesa vieja, enviando hierbas secas por los aires. Mira ya había huido por la ventana, esperaba que corriera en busca de ayuda.

—¡No te robé nada! —le grité, mientras mi propia loba se alzaba en respuesta a la amenaza—. ¡La Diosa de la Luna eligió este camino!

—¡Mentiras! —gruñó Elira—. No eres más que una farsante. ¿Crees que saber que eres una Alfa perdida cambia algo? Sigues siendo la misma chica inútil que no pertenece aquí.

Sentí que mis garras se alargaban, mi visión se agudizaba con luz plateada. —Ahora sé quién soy.

—¿Lo sabes? —Elira rió con tristeza—. Beta Marcus no te contó todo. La maldición no se trata solo de los trillizos, también se trata de ti.