La mesa se agrietó bajo mi mano cuando la golpeé.
—¡No! —grité—. ¡No vamos a sacrificar una aldea entera solo para hacerlos salir!
Seis Alfas de diferentes manadas me miraban fijamente. Algunos parecían enojados. Otros asustados. Ninguno parecía feliz.
Habíamos estado discutiendo durante horas en esta reunión de emergencia de guerra. Me dolía la cabeza. Me dolía la espalda. Y los gemelos dentro de mí pateaban como si estuvieran teniendo su propia pelea.
—Luna Aria —dijo el Alfa Maddox de la Manada Stone Ridge. Hablaba lentamente como si yo fuera una niña que no pudiera entender—. A veces en la guerra, hay que tomar decisiones difíciles. La Manada River Creek atacará esa aldea humana a continuación. Si estamos esperando allí...
—Entonces los humanos seguirán muriendo —lo interrumpí—. Simplemente morirán en el fuego cruzado en lugar de solo a manos de River Creek.