La primera vez que Lior soñó con el colapso de una estrella, el cielo aún no había sangrado sobre su mundo.
El resplandor l despertó. Una esfera incandescente, negra como la nada pero viva como el sol, palpitaba suspendida sobre su pecho desnudo. Su aliento se detuvo. Los hilos de la noche parecían bordados en su piel, y un velo de luz lo cubría como si el mismo universo intentara protegerlo.
No recordaba haberse dormido con aquella joya. No recordaba haber dormido
---Lior... -susurró el viento, aunque su habitación estaba cerrada.
Se sentó lentamente. La pequeña cabaña en el borde de los riscos de Tharr siempre había sido silenciosa, pero aquella noche algo más había despertado. Un rumor profundo, no en sus ´oídos, sino en sus sangre. Sus venas latían con ritmo ajeno al mundo. Como si llevasen dentro no sangre, sino estrellas marchando al compás de un tambor galáctico.
El cristal incrustado en su pecho emitía un zumbido agudo, casi un canto. No dolía. No ardía. Pero sentía que lo llamaba. Como si no fuese una joya...sino un corazón.
Lior se levantó, Cada paso se sentía ligero, como si su cuerpo no estuviese completamente atado al suelo. Caminó hacia el espejo cubierto por una tela. aquel que evitaba desde que los sueños comenzaron hace semanas. Lo despertó con dedos temblorosos.
La imagen que lo miraba no era la suya.
Sus ojos, antes de un gris apagado, eran ahora pozos plateados que brillaban como lunas llenas. Marcas se habían formado sobre su piel: líneas doradas y azules, antiguas, como grabados de una lengua perdida. Y su cabello, antes oscuro, caía en hebras pálidas como hilos de cometa.
---¿Quién...soy?
Y entonces lo escuchó.
Un estallido en su mente. Como mil voces hablando en armonía.
"Asterion."
La palabra lo traspasó como un relámpago.
Las imágenes llegaron una tras otras, fugases, imposibles de resistir: una ciudad de cristal suspendida entre constelaciones; manos alzando planteas como si fueses semillas; una traición. Un círculo de entidades brillantes sellando su cuerpo con cadenas de luz. Un grito que no fue voz, sino supernova.
---¡No soy Asterion! ¡Yo soy Lior! -gritó, cayendo de rodillas, jadeando mientras la joya brillaba más fuerte.
Pero el universo no se detuvo.
El suelo tembló. Las estrellas más allá del acantilado titilaron con furia. Y de la oscuridad, emergió algo.
Una figura encapuchada, de túnica negra salpicada de luces. Como si su manto fuese un fragmento arrancado del cielo mismo. No tenía rostro, soló una cavidad sin fin.
---Has despertado antes de lo previsto -dijo con voz sin eco---. Esto desestabilizará los ciclos.
Lior retrocedió. Cada instinto le gritaba que corriera, peros sus piernas se negaban.
---¿Quién eres?
---Uno de los muchos que te vigilan. Pero no por devoción. Por miedo.
La figura extendió su mano, y una hoja curva, como hecha de sombra sólida, se formó en su palma.
---Debes ser silenciado, Asterion. Tu existencia pone en peligro el tejido mismo de la existencia. No lo entiendes aún, pero eras una anomalía. Un dios... enjaulado en un mortal. Eso no debe existir.
Lior intentó gritar, pero la joya en su pecho pulsó con un latido.
Pum.
Y entonces el tiempo se quebró.
El viento se congeló en el aire. Las hojas quedaron milímetros de su cuello. Y Lior... no estaba allí.
Se encontró flotando en un vacío estrellado. Su cuerpo se desvanecía en un polvo de luz, pero no sentía miedo. Se sentía... completo.
Una voz más antigua que los mundos lo rodeó.
----Tú eres el guardián. Aquello que fue antes que el fuegoy el hielo. Tus fragmentos fueron dispersados por miedo a tu poder. Pero el ciclo ha comenzado otra vez.
---¿Qué soy realmente? -preguntó Lior, o Asterion, o lo que fuera.
---Eres la alabanza. So olvidas quién fuisgte, destruirás todo. Si recuerdas demasiado pronto... serás destruido.
Y entonces regresó.
El tiempo volvió a correr. El atacante se lanzó... pero un campo de luz brotó de su pecho y lo repelió como si fuese una hoja contra el cosmos mismo.
El encapuchado cayó varios metros atrás, jadeando.
---No... no puedes haber accedido ya a la luz Interior...
Pero Lior ya no temblaba.
Se puso de pie, con la joya brillando como una estrella joven.
---Mi nombre... no es Asterion -susurró. ---Aún no. Pero si fui eso... lo recordaré. Y cuando lo haga... decidiré si este universos merece ser guardado.
El encapuchado gritó, desapareciendo en un vórtice de sombras.
El silenció volvió. Las estrellas titilaron, como si observasen expectantes.
Lior miró sus manos.
Ya no eran las de un huérfano.
Eran las de alguien que había sostenido galaxias y había sido traicionado por los dioses.
Y ahora... el primer fragmento de sus alma había despertado.