Samael Borioti despertó con el eco de disparos aún resonando en su mente. Estaba tendido en el suelo de su mansión, rodeado por cuerpos de su familia y leales caídos. Las paredes estaban agujereadas por las balas, la sangre manchaba las alfombras caras, y el silencio era ensordecedor.
—¿Por qué…? —susurró con voz quebrada, incorporándose.
Entonces, una notificación resonó en su mente como un eco metálico, flotando frente a él.
[Sistema del Padrino Activado]
Bienvenido, Samael Borioti. Tu linaje no será borrado. Iniciando protocolo de restauración de familia.
Misión inicial: Sobrevive. Recompensa: Habilidad "Sangre de Hierro".
Sus ojos se abrieron de par en par. Un sistema… ¿un juego? No. Esto era real. Sintió cómo su cuerpo, aún herido y agotado, se llenaba de una fuerza fría. Su respiración se estabilizó, y sus heridas comenzaron a cerrarse.
[Habilidad "Sangre de Hierro" adquirida]
Aumenta la resistencia física y mental al dolor. Permite continuar combatiendo incluso en estado crítico.
—Esto… es solo el principio —gruñó Samael, incorporándose por completo.
La puerta de la mansión estaba abierta de par en par, y las sombras de los asesinos aún se movían en el jardín. Los mismos hombres que masacraron a su familia seguían cazando a los pocos sirvientes que quedaban.
[Nueva misión: Venganza inicial]
Elimina a los sicarios del Clan Montelli que invadieron tu casa. Recompensa: "Sigilo del Padrino" (permite moverse sin ser detectado durante cortos periodos).
Samael miró a su alrededor. Cerca de un cuerpo, encontró una pistola semiautomática caída, aún cargada. La tomó con manos temblorosas pero firmes, su respiración se ralentizó. Era como si la interfaz le enseñara sin palabras cómo debía moverse, cómo apuntar, cómo actuar.
CRACK. Un sonido leve, madera crujiendo cerca de la ventana. Un enemigo armado entró a revisar.
Samael, sin pensarlo, se deslizó por el suelo hasta un mueble, respiró hondo, y disparó. La bala atravesó el cráneo del sicario, y su cuerpo cayó sin hacer ruido.
[1/5 eliminados]
Apretó los dientes. Cinco. Solo cinco enemigos en su casa, pensó. Lo haría. Por su familia. Por su apellido.
Se movió como un espectro, usando el caos de la noche para emboscar a cada uno. Los recuerdos de las lecciones de su padre —sobre táctica, sobre supervivencia— acudieron a su mente, reforzados por las instrucciones del sistema.
Cada disparo era certero. Cada movimiento, silencioso. Cuando derribó al último sicario cerca de las escaleras, escuchó otro anuncio.
[Misión completada. Recompensa obtenida: "Sigilo del Padrino". Nivel 1 desbloqueado.]
Su respiración era agitada, pero su mirada estaba afilada. Sabía que aquello no era suficiente. Afuera, la guerra real esperaba. Los Montelli creían que habían destruido a los Borioti, pero Samael estaba aquí.
—Voy a reconstruirlo todo —murmuró, su voz cargada de una calma peligrosa—. Y luego… vendrá la verdadera venganza.
El sistema parecía responder a sus pensamientos, mostrando una nueva ventana frente a él:
[Nueva misión: Reclutar a los leales restantes. Recompensa: "Código del Consigliere".]
[Objetivo: Restablecer la estructura de poder Borioti en las sombras.]
Samael apretó los puños. Era el último Borioti, pero no sería el último en caer. Era solo el principio del renacer de la familia más temida del mundo.
Y esta vez… nadie lo detendría.