Capítulo 1: El Juicio del Vacío

La luz blanca de la pantalla reflejaba en los ojos sin vida de Jin Muheon. Las manos mecanizadas tecleaban informes que jamás serían leídos, mientras el murmullo constante de impresoras y aire acondicionado llenaba el ambiente como un mantra de sumisión. Trabajaba desde hacía años en la misma oficina, el mismo puesto, con el mismo salario. No importaba cuánto supiera, cuánto aportara. En los ojos del mundo, era prescindible.

A las 11:49 a.m., levantó la vista hacia el reloj.

Un suspiro.

Un día más desperdiciado...

Pero ese día, el universo tenía otros planes.

Las luces parpadearon. Las pantallas comenzaron a temblar. El sonido dejó de existir. Por un instante, todo fue silencio absoluto. Luego, una voz. No humana, ni siquiera viva. Era como si el mismísimo tejido de la realidad hablara.

> “SERES DEL UNIVERSO 313-X...”

“ESTE PLANO HA SIDO DESCARTADO.”

“SU EXISTENCIA HA SIDO DECLARADA FÚTIL.”

“SERÁN TRANSMIGRADOS AL MUNDO DE NYXVARION.”

“TIENEN DIEZ MINUTOS PARA ENFRENTAR LO QUE SON.”

El caos no tardó en desatarse. Algunos gritaron, otros se arrodillaron. Algunos rezaron, otros rieron como locos. Jin se quedó en su silla. En silencio.

Una extraña calma lo envolvía. No era miedo, ni aceptación. Era... familiaridad. Como si ya hubiera vivido esto antes.

Transmigración... ¿un nuevo mundo?

Muheon entrecerró los ojos. ¿Será esta la razón por la que siempre sentí que no pertenecía aquí?

Uno a uno, los cuerpos cayeron. No muertos, sino desconectados. Como si sus almas hubieran sido arrancadas por una fuerza imposible de detener.

La oscuridad se tragó el mundo.

Y luego, luz.

Una esfera inmensa, hecha de fragmentos de galaxias y líneas de datos flotantes, giraba en medio del vacío. Frente a ella, cientos de miles de luces danzaban: las almas humanas.

Una figura de pura energía se alzó ante cada una.

> “PROCESANDO ALMA...

FUERZA ESPIRITUAL: ALTA.

MEMORIA RETENIDA: COMPLETA.

CLASIFICACIÓN: EXCEPCIÓN HEREDITARIA.

ASIGNANDO CLASE INICIAL: FORJADOR DE ENERGÍA [RANGO F]

TÉCNICA DE VÍNCULO: ALIENTO DE LA MATRIZ VACÍA

TRANSFERENCIA INMINENTE…”

¿Forjador...? ¿Clase F? pensó Muheon. Tsk. Nada nuevo. Nunca me dieron más de lo mínimo.

Pero algo en su interior brilló. Una vibración... un eco. No de su vida anterior, sino de algo aún más antiguo.

Un nombre. Una palabra sin idioma. Una memoria no humana.

“Matiz... de creación…”

Todo se volvió luz otra vez.

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Cuando la consciencia regresó, ya no era Jin Muheon el oficinista. Era un bebé.

Sentía el calor de unos brazos. El murmullo de voces suaves. Un pecho cálido y protector. Ojos que lo miraban con amor.

Una mujer de cabello plateado. Un hombre de mirada firme.

—Tiene una energía extraña... —dijo el hombre, con la frente arrugada.

—Pero también se siente familiar. Como si... siempre hubiera estado con nosotros —susurró ella, apretándolo contra su pecho.

Ambos lo miraron. El bebé no lloraba. No se retorcía. Simplemente... los observaba. Con unos ojos grises, profundos, que brillaban con un leve fulgor violeta.

—Nuestro hijo se llamará... Jin Muheon.

Y así, en un rincón olvidado de Nyxvarion, una leyenda dormida comenzó a renacer.

No como héroe.

No como villano.

Sino como aquél que forjaría lo imposible.