Capítulo 44: Sombras en el Campo

"""

La luz de la mañana se derramaba sobre los terrenos de la Manada del Creciente Plateado mientras yo abría de un tirón mi armario. Hoy no era un día para vestidos con volantes o galas de Luna. Necesitaba algo práctico, algo con lo que pudiera moverme. Mis manos encontraron lo que buscaba: simples leggings negros, una camiseta gris ajustada y botas de combate ligeras.

—¿Está segura de esto, Señorita Seraphina? —preguntó Lyra, revoloteando nerviosamente junto a mi cama—. A los Alfas podría no gustarles que vaya al campo de combate.

Me recogí el pelo en una cola de caballo apretada.

—Los Alfas no controlan cada movimiento que hago.

—Ellos creen que sí —murmuró.

Sonreí con gravedad.

—Exactamente por eso necesito recordarles lo contrario.