Capítulo 136: La Vulnerabilidad de un Alfa

—¿Es esto lo que querías? —Las palabras de Kaelen quedaron suspendidas en el aire entre nosotros, su aliento caliente contra mi rostro, su cuerpo duro contra el mío.

No podía hablar. Mi mente era una tormenta caótica de emociones contradictorias—el deseo luchando contra la autopreservación, la curiosidad batallando contra el miedo. Sus ojos verdes ardían en los míos, exigiendo una respuesta que no estaba lista para dar.

—Respóndeme, Seraphina —gruñó, deslizando su mano por mi espalda, dejando un rastro de calor a su paso.

—No sé lo que quiero —susurré, y fue lo más honesto que había dicho en días.

Algo destelló en su rostro—frustración, quizás, o algo más profundo.

—Eso no es suficiente. —Su boca descendió sobre la mía sin previo aviso.