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¡Posesión del Cuerpo!
Xuan había usado a Xiao Yi para refinar el Caldero de Longevidad, y en el momento en que liberó su mente, entró en la frente de Xiao Yi en un intento de apoderarse del cuerpo de Xiao Yi.
El rostro del Pequeño Lin mostró signos humanizados de ansiedad, dando vueltas desesperadamente.
—Xuan... viejo ladrón, si te atreves a lastimar a mi jefe, lucharé contigo hasta la muerte y te arrastraré al infierno...
Una voz presumida de Xuan salió de la boca de Xiao Yi.
—Pequeño, si te atreves a lastimarme, estarías lastimando a tu maestro.
—Aaaargh...
Pequeño Lin rugió furiosamente.
Estaba dando vueltas ansiosamente como una hormiga en una sartén caliente.
Mientras tanto...
Xuan ya había entrado en el alma de Xiao Yi, su rostro rebosante de emoción.