Una Misión Muy Peligrosa.

La implicación golpeó a Sorayah como una bofetada en la cara. Sus ojos se abrieron con total incredulidad, un escalofrío recorrió su espalda mientras sus brazos se apretaban alrededor del frágil bebé que sostenía.

Antes de que pudiera pronunciar otra palabra, Dimitri volvió su atención a Jasmine, tratando a Sorayah como si fuera invisible, como si su presencia ya no importara.

—No entiendo por qué está usando a su esclava sexual para este papel, Su Alteza —dijo Jasmine, con un tono medido pero cargado de juicio. Hizo una ligera reverencia de respeto—. Pensé que planeaba confiar en un asesino, alguien que aceptara voluntariamente esta misión, alguien preparado para morir si fuera necesario. Al menos un asesino tendría habilidades, podría resistir algún tiempo antes de ser superado.