Soto tragó sus feroces palabras con fuerza y se obligó a producir una sílaba áspera.
—Sí.
Esta única palabra agotó todas sus fuerzas.
Las emociones hirvientes retrocedieron. Un frío dolor lo envolvió.
Soto esperaba el juicio final. Ningún noble apreciaría a un sirviente que se extralimita, especialmente siendo él un Hombre Bestia Mixto, inferior y más despreciable que sus parientes de raza pura.
Mestizo, híbrido, bestia inferior de sangre fría.
Estos eran los nombres con los que una vez lo habían llamado.
Después de convertirse en guardia, la gente finalmente estaba dispuesta a llamarlo por su nombre. Pero nadie podía llamarlo con voz amable y gentil como Roy.
—Soto.
En su primer encuentro, la hija del Duque sonrió y dijo con voz tierna:
—Soto, bienvenido a esta familia.