Amor Matutino

La luz del sol de la mañana se filtraba por los huecos de las cortinas, iluminando la cama desordenada. La joven seguía profundamente dormida, su cuerpo desnudo y grácil acurrucado, con su cabello rubio platino cayendo sobre sus mejillas. Un Hombre bestia mucho más grande que ella yacía a su lado, sosteniendo protectoramente su cintura y abdomen.

Soto no había dormido.

No podía recordar cuándo se había detenido anoche. Probablemente varias veces, hasta que la cavidad floral de Roy se llenó de semen, y su vientre se hinchó ligeramente. La chica cansada e irritable le dio una bofetada, haciéndolo volver a la realidad y reconfortándola hasta un dulce sueño.

Como sus deseos no habían sido completamente liberados, la virilidad de Soto permaneció erecta durante la segunda mitad de la noche, presionando contra la hendidura trasera de Roy. No quería despertarla, así que se frotó lentamente, saboreando el placer y el tormento, besando secretamente su cabello e inhalando su aroma.