La garganta de Lawrence estaba bloqueada, asfixiándolo.
Dolía mucho, Roy envolviéndolo como una enredadera, clavando espinas afiladas en sus pezones, espalda y cintura. Entonces se convirtió en una presa estrangulada, incapaz de pensar, difícil de escapar.
Sin necesidad de un espejo, Lawrence sabía lo desaliñado que se veía ahora.
Furioso, empujaba dentro y fuera, descargando toda su fuerza y emociones sobre Roy, queriendo verla perder el control y suplicar piedad. Él debería estar por encima de ella, ¿no? Los hombres siempre han sido superiores a las mujeres, y él ya había pasado por el rito secreto de iniciación, convirtiéndolo en un hombre completo.
Pero Roy seguía manejándolo con facilidad.
Aunque estaba siendo follada hasta el punto de respirar rápidamente y tener las mejillas sonrojadas, la luz en sus ojos permanecía fría. Cuando Lawrence empujaba demasiado fuerte, ella lo abofeteaba, usando palabras suaves pero burlonas para provocarlo.