El perrito lujurioso

—¡¿Cómo pudiste...?! —Lawrence apretó los dientes, temblando mientras regañaba—. ¡¿Cómo pudiste decir palabras tan vulgares y sucias?!

La Señorita Roy de la familia Derek es una dama gentil.

Es aclamada como la flor de Valtorre, un símbolo de nobleza y belleza. Un bardo la vio una vez desde lejos, y después se volvió demacrado y desesperado, escribiendo frenéticos poemas de amor antes de ahogarse en un lago.

—Plumas, seda, perlas y gemas no podrían crear tal belleza. Ella es tan exaltada y hermosa, mientras que yo solo puedo arrastrarme en el polvo, imaginando besar el dobladillo de su falda.

—Si fuera una chica pobre, podría abrazarla, seducirla, mancharla con deseos sucios. Estos anhelos son tan bajos; solo sirven para intensificar la desesperación y la crueldad de la realidad. Así que prefiero morir, como castigo, como expiación, como mi más apasionada declaración de amor.

Estas palabras quedaron como el mensaje final del bardo al final de su poema.