Grace: Resolución de Conflictos

—Buenas noches, Bun —susurro, arropando a la pequeña con la manta sobre sus diminutos hombros. Sus párpados caen, pero ella sigue luchando contra el sueño como si fuera su enemigo mortal.

—Cuac —murmura, su pico de pato transformándose de nuevo en labios humanos en medio de un bostezo.

Sara pone los ojos en blanco desde su nido de mantas.

—Simplemente ignórala. Estará dormida en treinta segundos.

La bebé salvaje protesta con un balbuceo malhumorado, pero es suave.

Aliso un rizo rebelde en su frente.

—Que duermas bien, pequeña.

Tal como predijo Sara, suaves ronquidos surgen de su pequeña cama de mantas antes de que yo haya dado cinco pasos. El resto del improvisado dormitorio se sume en un cómodo silencio—Ron ya está dormido, Jer está luchando contra el sueño, y Sara me observa mientras me voy.