JACK-EYE
Las paredes de la habitación del motel me oprimen, atrapando su aroma, su magia. Todavía ardo desde dentro hacia fuera. Lo que sea que hizo con ese beso arcano, se arrastra bajo mi piel como electricidad, haciendo que mi lobo se pasee y gruña. Respiro entre dientes, luchando por mantener el control.
Cuando escucho a Lira invitar a Thom a entrar, se me cae el estómago. Sé lo que viene. Lo que está a punto de hacer. Pero saber y ver son dos tipos diferentes de tortura.
La puerta cruje al abrirse y ahí está—el mago. Cabello húmedo cayendo sobre su rostro, oliendo a jabón barato de motel y nerviosismo. Demasiado limpio. Demasiado débil. No me muevo de mi lugar contra la pared, no hablo. Solo observo, cada músculo de mi cuerpo tenso como el acero.
Thom se congela cuando me ve, sus ojos saltando entre nosotros. —Yo—eh