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Gimoteo…
Los gemidos de dolor de Mila resonaron por toda la arena mientras Addison apretaba su puño, propinando golpe tras golpe a la cabeza de Mila.
Crack.
Con un último y despiadado puñetazo, un sonido escalofriante reverberó en el aire. La forma de lobo de Mila se desplomó en el suelo, convulsionando violentamente. Su cuerpo quedó inerte cuando la inconsciencia la invadió instantáneamente.
Addison finalmente se detuvo, sus puños temblando ligeramente, pero su expresión permaneció fría. No estaba preocupada de que Mila muriera—esto era una lección. Una que Mila necesitaba aprender: nunca confíes demasiado en tu lobo, y nunca subestimes a tu oponente. Incluso una hormiga podría derribar a un elefante si encontrara el momento adecuado.