—Pero si hacemos eso, se darán cuenta de que mi compañera está desaparecida. Podrían usar eso en mi contra —usarla como moneda de cambio para conseguir lo que quieren. O peor aún, podrían intentar engañarnos con alguien que solo se parezca a ella. Permitir que el mundo exterior sepa que mi Luna está desaparecida no solo es peligroso para mí... podría ponerla a ella en un peligro aún mayor.
El solo pensamiento hizo que Levi sacudiera la cabeza con frustración. Estaban acorralados, con opciones limitadas. Todo lo que podían hacer ahora era depositar su esperanza en la carta que habían enviado a las brujas buenas, y en el mercader ambulante que frecuentemente pasaba cerca del territorio de las Sirenas para comerciar. Con suerte, habría logrado entregar el mensaje que Zion le había confiado.