No pasó mucho tiempo para que los Cuerpos Rechazados reclamaran la victoria.
El suelo del restaurante era el caos encarnado, platos rotos, vidrios destrozados, mesas volcadas y cuerpos. Los Chicos Chalkline estaban esparcidos por la escena como accesorios descartados, gimiendo o inconscientes, con sangre manchando las baldosas en rayas y charcos. Algunos desplomados sobre los reservados, otros tendidos en el suelo, todavía temblando.
A pesar de la intensidad de la pelea, los Cuerpos Rechazados solo habían sufrido dos bajas graves, luchadores que, por lo que se veía, no se unirían a la próxima batalla en el corto plazo. Aun así, comparado con el daño que habían infligido...
Pérdidas mínimas. Otra victoria brutal y aplastante para los Cuerpos Rechazados.