Emociones Salvajes Tras Puertas Cerradas

El silencio en el coche de Liam era denso mientras nos alejábamos de mi casa. Miraba por la ventana, viendo pasar borroso el familiar vecindario, mi mente reproduciendo una y otra vez las palabras de Rhys.

*¿Y si te digo que me arrepiento de haberla rechazado?*

¿Qué se suponía que significaba eso? Después de semanas de tormento, después de humillarme frente a toda nuestra escuela, *¿ahora* tenía remordimientos?

—Estás callada —observó Liam, mirándome de reojo—. ¿Todo bien?

Forcé una sonrisa.

—Solo estoy pensando.

—¿Sobre lo que pasó allí? —preguntó, con voz suave—. ¿Con Caballero?

Mis manos se apretaron en puños sobre mi regazo.

—¿Es tan obvio?

—Tienes esa mirada —dijo, girando hacia la calle principal—. Esa en la que estás enojada y confundida al mismo tiempo.

Suspiré, dejando caer mi cabeza contra el reposacabezas.

—Lo siento. No debería dejar que él arruine nuestro tiempo juntos.