Un Toque Milagroso

Mi corazón martilleaba contra mi pecho mientras los ojos verdes de Kieran pasaban de Rhys a mí, con esa inquietante sonrisa aún jugando en sus labios. Nunca me había sentido tan expuesta, como si alguien hubiera despellejado mi piel y estuviera examinando mis secretos más profundos.

—Me temo que tus amenazas no me preocupan, Alfa Caballero —dijo Kieran, con voz anormalmente tranquila a pesar de la furia que irradiaba de Rhys—. Mi asunto es con Elara.

Los anchos hombros de Rhys se tensaron frente a mí.

—Tu asunto va a ser con mis garras si no te vas. Ahora.

El sonido de pasos apresurados resonó por la biblioteca, y de repente Liam apareció al final del pasillo, con Ethan y Julian justo detrás. El alivio me inundó al verlos.

—¿Qué está pasando aquí? —exigió Liam, entrecerrando los ojos cuando vio a Kieran. El reconocimiento destelló en su rostro—. Eres tú – el que ha estado vigilando a Elara.