Historias Reveladas, Una Voz Desafiante

La mirada de Faye recorrió la habitación, deteniéndose momentáneamente en cada rostro antes de posarse en Orion. La vulnerabilidad en sus ojos fue rápidamente reemplazada por determinación mientras enderezaba los hombros.

—Me enamoré de Orion —comenzó, con voz suave pero firme—. No de su posición o su poder, sino de él. Fue amable conmigo cuando más necesitaba amabilidad.

Me moví incómodamente, sintiéndome como una intrusa en la dolorosa historia de otra persona. La habitación se había quedado inusualmente silenciosa, todos pendientes de cada una de sus palabras.

—Al principio, era perfecto —continuó Faye, con una sonrisa nostálgica en sus labios—. Me traía flores, me escribía notas... me hacía sentir como si fuera la única mujer en el mundo.

El rostro de Orion permaneció impasible, pero sentí que sus músculos se tensaban a mi lado. Un nudo se formó en mi estómago mientras esperaba el inevitable giro en su historia.