Observé con creciente inquietud cómo los ojos del Beta Blaise se demoraban en Seraphina. Su audaz declaración quedó suspendida en el aire, cargada de implicaciones. El rostro de Julian se oscureció instantáneamente, sus dedos crispándose a los costados.
—Sera no está interesada —dijo Julian, con voz tensa de ira apenas controlada.
Blaise arqueó una ceja, con la comisura de su boca elevándose en una sonrisa burlona.
—¿No debería ser ella quien decida eso? —Se volvió hacia Seraphina, cuyo rostro había palidecido—. ¿Qué dices, hermosa? ¿Cenamos alguna vez, solo nosotros dos?
Sera se movió incómoda, lanzándome una mirada suplicante.
—Yo... estoy bastante ocupada con la línea de moda ahora mismo...
—Insisto —presionó Blaise, acercándose más a ella—. Una mujer como tú merece ser cortejada adecuadamente.
Los ojos de Julian destellaron peligrosamente.
—Dijo que está ocupada.