capitulo: 34 alguien se enamoro.

La reunión del Consejo Silente se extendió por varias horas. La tensión era densa en la sala, como si todos estuviésemos respirando el mismo miedo. Cada presidente, cada asesor, cada agente especial en la habitación, sabía que el mundo se encontraba en una situación sin precedentes. Las costas eran asediadas por criaturas que no podían explicarse con biología conocida, y las naciones estaban comenzando a dudar si la ciencia seguiría siendo suficiente.

Después de la exposición del presidente Dmitriy y del cierre de la reunión, el presidente Frédéric nos llamó aparte a Elena, Marcus y a mí.

—Debemos acelerar todo. No tenemos tiempo —dijo con un tono seco—. Jhon, ¿me dijiste que tu amigo Marcus ha estado investigando la gema azul oscura? ¿La que hallaron en la base hondureña?

—Sí, y tiene avances que podrían cambiar todo esto —respondí.

Frédéric asintió con gravedad y luego sacó su teléfono.

—Conozco a alguien que podría ayudarlos. Estará encantada de colaborar si la convencemos. Se trata de la doctora Ayaka Nishikawa. Ella es parte del Comité de Investigación Médica de Japón, pero también trabaja en nuestro equipo internacional. Es brillante, aunque... algo difícil de tratar.

Marcus levantó la ceja con interés. Yo lo noté y sonreí internamente.

—¿Y cómo la contactamos? —pregunté.

Frédéric simplemente marcó un número. Habló brevemente en japonés. Luego colgó.

—Vendrá en un vuelo privado a Tegucigalpa mañana por la noche. Quiero que trabajen juntos. Si hay alguna posibilidad de encontrar una cura o una forma de neutralizar esta infección, está en esas muestras. Marcus, tú estarás a cargo.

Marcus palideció un poco.

—¿Yo?

—Tú —dije, dándole una palmada en el hombro con una sonrisa burlona—. De hecho... ¿sabes qué? Te voy a conseguir una cita con ella. Te lo mereces, amigo.

Marcus se sonrojó, pero fingió indiferencia. Elena solo rió.

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[Al día siguiente – Instalaciones de investigación privada del gobierno, Tegucigalpa]

La doctora Nishikawa llegó puntual, impecable y distante. Su cabello recogido, su bata blanca perfectamente planchada. Nos saludó con una leve inclinación.

—No estoy aquí para socializar, ni para escuchar teorías descabelladas —dijo en perfecto inglés—. Pero si tienen datos, los revisaré.

Marcus se aclaró la garganta.

—Tengo algo. Rastros de ADN extraño en fragmentos de la gema azul. Y cambios moleculares en contacto con el agua. Además, la estructura parece responder a frecuencias específicas... vibraciones, más bien.

Ayaka alzó una ceja. Su mirada se agudizó.

—¿Dices que la gema reacciona a frecuencias?

—Exactamente. Creo que podríamos alterar su resonancia para neutralizar parte del efecto infeccioso. Pero necesito tu experiencia en genética viral.

La doctora lo miró en silencio durante un instante que pareció eterno. Luego se sentó frente al microscopio sin decir palabra.

Pasaron horas. Silencio total. Solo el sonido de las páginas pasando, las computadoras procesando datos y los murmullos de Marcus y Ayaka intercambiando términos técnicos.

Finalmente, ella habló.

—Tienes razón. Si conseguimos amplificar esta frecuencia específica —apuntó a un gráfico en la pantalla— y combinamos la molécula con una base proteica, podríamos generar un suero atenuador. No una cura... pero sí una forma de ralentizar el avance en los infectados. O incluso detener la propagación inicial si se administra a tiempo.

—Eso es... increíble —dijo Elena, que había estado escuchando todo desde la esquina.

Ayaka cruzó los brazos.

—No cantes victoria aún. Es solo una teoría. Necesitamos pruebas reales.

—Entonces hagámoslas —dijo Marcus.

Yo solo los observaba con una sonrisa, y cuando Ayaka se retiró a revisar los equipos del laboratorio con Marcus siguiéndola, me acerqué a él y le susurré:

—¿Y bien? ¿Te pareció guapa?

—Jhon… —respondió bajito— ...voy a matarte.

—Lo tomaré como un “sí”.

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[Entrada final del día – Diario personal de Jhon]

> A veces, las grietas más pequeñas dejan entrar la luz. Quizá, solo quizá, hemos encontrado la primera de muchas grietas en este horror cósmico. Y si Marcus logra algo con Ayaka… no solo en el laboratorio… bueno, eso también será una victoria contra la oscuridad.