Celeste Miller es todo lo que él no: luz, inocencia y calma.
A sus 17 años, trabaja en la pequeña cafetería familiar, soñando con una vida tranquila en París, sin saber que ya está atrapada en una obsesión peligrosa.
Shay McCarthy no habla mucho. Solo sonríe cuando la ve. Siempre pide el mismo café. Pero tras sus ojos oscuros y su voz suave, esconde algo que ni ella ni sus amigos imaginan: está dispuesto a eliminar a cualquiera que se atreva a tocarla.
Cuando los secretos empiezan a revelarse y los besos saben a amenaza, Celeste deberá decidir si el amor vale más que su libertad...
Porque para Shay, ella no es su novia. Es suya. Su propiedad.
Y no hay salida.