La luz de la mañana temprana se filtraba por las ventanas de mi apartamento mientras Eamon y yo nos sentábamos en mi pequeña mesa de cocina. El sueño nos había evadido a ambos, nuestras mentes demasiado ocupadas con planes y posibilidades.
—El negocio principal de los Hawthornes son los productos de salud —explicó Eamon, bebiendo el té que había preparado—. Suplementos, remedios herbales, tratamientos especializados—todos dirigidos a los ricos que temen al envejecimiento y a la enfermedad.
No pude evitar sonreír.
—¿Productos de salud? ¿Ese es su imperio?
—No los subestimes —advirtió Eamon—. Han acaparado completamente el mercado. Todas las grandes cadenas de farmacias en Ciudad Havenwood venden exclusivamente sus productos.
—¿Pero sus productos son realmente efectivos? —pregunté, viendo ya una oportunidad.
La expresión de Eamon me lo dijo todo.