Capítulo 46 - El Dominio de la Píldora Milagrosa y un Amargo Arrepentimiento

Gideon Blackwood retorcía nerviosamente su reloj de diseñador mientras se sentaba frente a Sebastian Hawthorne en la sala privada del restaurante más exclusivo de Ciudad Havenwood. El aire entre ellos crepitaba con tensión mientras los fríos ojos de Sebastian lo taladraban.

—¿Estás seguro de que Roman Volkov es quien está distribuyendo estas píldoras? —preguntó Sebastian, con voz peligrosamente calmada.

Asentí ansiosamente, desesperado por mantenerme en la buena gracia de Sebastian.

—Completamente seguro. Lo vi con mis propios ojos. Se ha vuelto intocable de la noche a la mañana—pavoneándose por la ciudad como si fuera suya.

Los dedos de Sebastian tamborileaban metódicamente sobre la superficie pulida de la mesa. Cada golpecito enviaba una nueva ola de ansiedad a través de mí. La reputación de la familia Hawthorne procedente de Ciudad Shiglance los precedía—despiadados, calculadores y absolutamente implacables con quienes se cruzaban en su camino.