—¡Compórtate, por favor! —la voz de Aurora resonó por toda la oficina mientras se ponía de pie de un salto, con el rostro enrojecido de indignación.
Vi cómo la sonrisa del Gerente Ross se desvanecía, su expresión endureciéndose en algo feo y vengativo. El ambiente en la habitación cambió instantáneamente de incómodo a peligroso.
—¿Disculpa? —la voz de Ross bajó de tono—. Creo que has malinterpretado mi interés profesional en tu... desarrollo.
Jaxon se levantó rápidamente, con el rostro pálido.
—Gerente Ross, me disculpo por cualquier confusión. Quizás deberíamos reprogramar esta entrevista para otro día.
Ross lo ignoró por completo, con los ojos fijos en Aurora.
—¿Entiendes lo afortunada que eres de siquiera ser considerada para este puesto? Hay docenas de candidatos con mejores calificaciones que las tuyas.