En este momento, él y Zhang Cuihua intercambiaron una mirada, y Xiong Er no se atrevió a pronunciar una palabra, después de todo, era la verdad.
Liu Zheng observó silenciosamente la figura de Zhang Cuihua desvaneciéndose en la distancia, su corazón lleno de impotencia y angustia.
Era muy consciente de que el divorcio fue un golpe tremendo para Zhang Cuihua, y él tampoco podía escapar de la realidad de su aventura.
Liu Zheng, queriendo asegurarse de que Zhang Cuihua tuviera un lugar donde quedarse, decidió enviarla de vuelta al hotel de Xiong Er.
Antes de separarse, los tres no cenaron juntos, lo que hizo que Liu Zheng fuera aún más consciente de que su relación estaba más allá de la reparación.
Los momentos de amor que una vez compartieron todavía estaban grabados en su memoria.
Pero ahora, solo podían enfrentar la dura realidad.