Capítulo 16; Papá, ¿estás ahí?

A veces se preguntaba qué pensaba ella siempre y sus acciones siempre lo hacían sonreír sin darse cuenta.

—Si no me sueltas, ¿cómo voy a traer el regalo? —se inclinó y besó su mejilla—. Realmente te he extrañado pero tendremos que seguir las instrucciones del médico.

Colocó una de sus palmas en la parte posterior de su cabeza, ayudándola a recostarse en la cama mientras él se acostaba sobre ella desde un lado, abrazándola antes de besarla apasionadamente.

Sus labios mordisquearon los de ella desde el labio superior hasta el inferior, lamiendo y succionando su lengua, saboreando cada parte que había extrañado. Podía saborear el té de hierbas que ella había tomado antes de acostarse.