Capítulo 66: Nunca te dejaré ir

Sus brazos estaban envueltos alrededor de su cuello mientras él la bajaba lentamente, pero no la soltó por completo. Sus frentes se tocaron, sus respiraciones mezclándose.

—Zhi Hao —suspiró ella, su voz temblando como la última nota de una canción de amor—. Soy tuya para siempre, por toda la eternidad.

Él besó sus labios, suavemente, con reverencia, como sellando un juramento que ni el tiempo ni el destino podrían romper. La amaba hasta la luna y de regreso.

Después de unos segundos, sus labios se separaron bajo los suyos, suaves y entregados, sabiendo a promesas y a todo lo que él había anhelado.

El mundo más allá de las ventanas podría haberse desmoronado, y Zhi Hao no lo habría notado. Todo lo que importaba era la forma en que ella encajaba contra él como si hubiera sido creada para sus brazos.

Su mano se deslizó por su espalda, sus dedos entrelazándose en su cabello mientras profundizaba el beso, lento y doloroso.