Probablemente fue porque los adultos habían llegado que el médico habló de manera más directa y clara.
Hubo un momento de silencio en la sala.
El médico continuó:
—La situación actual es que nuestro hospital está haciendo todo lo posible para proporcionarle un tratamiento conservador.
—Si quieren llevarse al niño a casa, esa también es una opción.
Esta declaración era esencialmente una sentencia de muerte para Zhao Xiaogui.
Poco después, los sollozos bajos de la Tía Xia comenzaron a elevarse.
—Doctor... ¿Realmente no hay ninguna posibilidad? —preguntó el Tío Xia con dificultad.
El médico suspiró:
—No es que no haya esperanza. Si lo llevan a un lugar mejor, con los mejores médicos, todavía podría haber un rayo de esperanza.
—Es solo que su condición no es adecuada para un viaje de larga distancia; es muy posible que ni siquiera sobreviva al trayecto.