Después de unos minutos más de conversación, Juan y Marcus finalmente decidieron abandonar la oficina. La puerta se cerró con un clic tras ellos, dejando a Gray solo por fin.
El silencio se instaló en la habitación por un segundo antes de que Gray suspirara ruidosamente.
—Hah…
Finalmente, tenía tiempo para sí mismo ahora.
Gray se recostó en su silla, con una mano apoyada sobre la superficie pulida de su escritorio. Mientras el silencio continuaba rodeándolo, la sonrisa en su rostro persistía.
Acababa de cerrar el trato, y ahora, todo lo que le quedaba por hacer era recibir su recompensa.
Afortunadamente, no tenía ningún trabajo pendiente, así que era libre de hacer lo que quisiera.
Gray se reclinó un poco más en su silla antes de soltar otro largo suspiro.
Entonces, como si solo estuviera esperando el momento adecuado, murmuró en voz baja.
—Muy bien, Sistema. Estoy listo. ¿Cómo obtengo esa recompensa?
Por un segundo, solo hubo silencio.
Entonces
[¡Ding!]