PRÓLOGO

¿Qué tal si te digo que puedes morir por la decisión de otro? Nadie está exento de la muerte, pero todos tratamos de evitarla. Por más que intentes evadirla, cuando tu número ha sido seleccionado por ella, no puedes hacer nada.

Mi nombre es Irving Rossemberg y soy de los pocos humanos sobrevivientes en la colonia Sigmur. Debido a mis errores del pasado, ahora enfrento una sentencia impuesta que me llevará a ser ejecutado de una manera única: me lanzarán al espacio, sin protección externa y completamente solo. Así como vine a este mundo, me despediré de la vida, solo y sin protección alguna.

Fue una desgracia que no me diera cuenta de los eventos que ocurrían a mí alrededor, por estar trabajando en una de las maravillosas máquinas cuadrúpedas que había en la colonia.

En ese momento, mi trabajo consistía en hacerle las modificaciones necesarias para instalarle una memoria cuántica. Esto le permitiría procesar más allá de lo que su memoria racional era capaz de hacer.

Al terminar mi tarea y completar las pruebas necesarias para certificar una instalación correcta, me sentí orgulloso y quería seguir investigando el potencial de lo que se podía llegar a lograr. Por ello, no le di la debida importancia a los comentarios de mis camaradas de que teníamos que salir de ese lugar. Todos se retiraron, pero yo me quedé trabajando, entusiasmado por los posibles logros que el cuadrúpedo podía tener. Cuando me di cuenta de mi error, no pude llegar a tiempo a una de las cápsulas de escape ni a ninguna de las lanzaderas.

Solo espero que mis camaradas sobrevivan el viaje a un rumbo y a un futuro incierto.

A diferencia de los que lograron escapar, mi futuro parecía estar escrito. Espero que me den el tiempo suficiente para completar esta entrada en las bitácoras de la colonia, porque sé que vienen por mí y que la colonia no podrá sobrevivir por la decisión que fue tomada por otros.

La decisión fue tomada y, sin importar cómo parezca, esta puede afectar la vida de miles de seres vivos, ya sea para bien o para mal. Lamentablemente, no fue a nuestro favor. Después de todo, no culpo a los ejecutores; conozco sus razones, y en algún momento, estuve en el lado de la moneda en el que ellos se encuentran. Es increíble cómo la vida puede cambiar de un momento a otro.

Admito que tengo parte de la culpa del choque de ideologías entre los habitantes de la colonia. Por lo que conozco, de la historia de la otra especie con la que estamos conviviendo, no era la primera vez que se daba este tipo de discusiones. Así como tampoco fue la primera migración a gran escala en busca de un lugar en donde vivir.

A comparación del viaje anterior, que fue por la supervivencia de la especie y que duró milenios por la utilización de sistemas tradicionales de propulsión, este viaje se realizó utilizando los nuevos generadores Meta-cuánticos. Esta tecnología se basa en la teoría de entrelazamiento meta-cuántico para desplazarse a grandes distancias en un corto período de tiempo.

Por ello, fuimos los conejillos de india o como dicen algunos colegas «los pioneros». El experimento funcionó. Solo que no llegamos al lugar previsto. Eso era un riesgo controlado y se sabía que podía pasar. Por esa razón, se enviaron varias sondas con anticipación, para definir un destino para el viaje.

Parece que la sonda, con la que cambiamos de lugar, fue desplazada de su posición, porque si se logró el salto meta-cuántico como debería ser, no se llegó al lugar previsto.

Algunos de los habitantes de la colonia decidieron que el planeta más cercano podría ser nuestro destino final. Tenía todo lo necesario para vivir en él. Otros decían que sería repetir la historia de lo que pasó en el planeta Tierra. Sostenían su argumento utilizando los datos preliminares que indicaban que este planeta tenía indicios de vida inteligente.

Para reconciliar posiciones, se permitió que un grupo descendiera al planeta, que llamaron Ralthor. Pobres, no sabían que su futuro era incierto, porque estalló un motín promovido por un grupo radical, que no compartía la idea de instalarse en un planeta con potencial de vida nativa e inteligente que podría esclavizarlos u obligarlos a vivir de nuevo ocultos mientras la civilización de la especie local florecía, tal como ocurrió milenios atrás cuando su colonia o nave nodriza colisionó en el planeta Tierra. Utilizando esos argumentos, se opusieron al regente tomando por la fuerza el control de la colonia.

Fue una masacre en la cual participé como parte del grupo radical opositor. No tengo las manos limpias, por eso acepto mi castigo con los brazos abiertos.

Cuando el grupo principal tomó el control, fui de los que ayudó a tomar el área de ingeniería y colaboré para que se realizara el segundo salto, dejando atrás a los pioneros que decidieron bajar al planeta.

Este salto nos llevó a un planeta muy particular. Era muy similar a la Tierra en relación con su masa, aunque su distribución de océanos y continentes era diferente. Tenía un cinturón de asteroides similar al de Saturno. Los asteroides del cinturón mantenían una órbita estable, así que el peligro de que uno cayera al planeta era mínimo. Podría ser una luna mal formada o ¿qué sé yo?, no soy experto en las mecánicas espaciales.

Regresando de la tangente, puedo decir que la historia se repitió con el segundo cambio de poder. Esta vez éramos los que estábamos al otro lado de la moneda. Los sobrevivientes de la masacre, así como sus seguidores, se rebelaron contra nosotros. Su nuevo líder era una persona con delirios de grandeza y con ideales de un dictador. Era una mente táctica y brillante que logró tomar de forma rápida el control de la colonia, y no nos quedó más que escondernos o huir.

Se sabía que se quería deshacerse de todo aquel que opusiera resistencia. Así como de aquella tecnología contaminada por las manos de los humanos. Creo que era un punto de vista extremo ya que el diseño de la colonia era producto de la mente de un humano. De igual manera…

[Sonidos secos de golpes].

…Creo… que me encontra…

[Sonidos de golpes].

—Lléveselo a los puertos de acoplamiento, asegúrense de tirar sus robots al espacio también.

—De esta no te escapas humano.

[Silencio]