Un fuerte sonido, acompañado de una sacudida hizo que abriera los ojos y que la adrenalina comenzara a correr por mi cuerpo.
La sensación de caída me tomó desprevenido, no me la esperaba. ¡Nos emboscaron! Para mi suerte, mi transporte fue destruido sobre una pendiente. El exceso de adrenalina y la altura en la que comenzó el descenso me dio el tiempo de reaccionar para activar el modo crucero. Logré aterrizar en el ángulo correcto, aprovechando la pendiente mantuve la velocidad evitando perder el equilibrio.
Mientras descendía esquivando las piedras los demás del escuadrón se soltaron de sus Huitzilins e hicieron lo mismo.
Disminuí la velocidad para que me alcanzaran y nos formamos en fila india. Animal y Gecko llevaban la delantera, seguidos por Brujo y yo. Detrás de mí seguían Burro y Sisco. Comenzamos a movernos en zigzag de forma aleatoria para disminuir el riesgo de ser blancos del enemigo.
El campo de batalla eran tierras áridas con pocas colinas y una que otras formaciones de piedras que podrían ser el escondite perfecto para una pequeña torreta o un franco tirador.
—Todos, sigan a Animal —ordenó Brujo por el canal interno del escuadrón, rompiendo la orden de mantener silencio en la radio—. Seguiremos al norte a toda velocidad. Si hay otro disparo, traten de ubicar su origen para cambiar ruta y alejarnos lo más posible del enemigo. No atacaremos sin información de inteligencia. Aún estamos a una hora de nuestro destino y no tenemos noticias de Tlaximaltepoztli, ni de Control.
—Quiere decir que el enemigo ya cruzó nuestra línea de defensa —dijo Sisco—. Tenemos que informar a Control.
—Lo he intentado —dijo Brujo—, pero nos están bloqueando la señal. Por suerte la red local entre nosotros funciona. Tenemos que alejarnos lo más rápido posible.
La red local a la que Sisco se refería era un sistema de red inalámbrica de corto alcance implementado en los AC. Su objetivo principal era facilitar el intercambio de diversa información entre todas las unidades del escuadrón. Esta información comprende comunicación de radio digital, sistemas de radar y sistemas de mira, entre otros. Ælagar poseía un sistema similar conocido como LT-LNK. La verdad, no conozco mucho sobre cómo funcionan estos sistemas, solo sé que son efectivos y de gran ayuda. Bueno, regresando a la acción.
—Detecto dos unidades aéreas enemigas acercándose a nosotros por el norte —informó Sisco.
—El radar de largo alcance corrobora la información, son dos unidades aéreas. Em, no hay datos de ellas, son modelos desconocidos —confirmé.
—Burro, Animal, ya saben qué tienen que hacer. Delta-Alfa-Charlie-Alfa-Lima-Alfa —dijo Brujo.
Burro se detuvo. Desactivó el modo crucero lanzándose al suelo y alistando su rifle de franco tirador. Animal se posicionó detrás, tratando de quedar lo más cerca posible para que en el radar parecieran ser una unidad y no dos. Los demás nos separamos, luego acostamos nuestros AC en el suelo con las armas principales listas para ser disparadas.
—Ya los vi —dijo Burro—. Si mantiene la velocidad creo que le puedo dar a uno. Son helicópteros que nunca había visto, les compartiré el video de mi mira.
En efecto, eran unidades diferentes a las que nos mostraron en la academia. Eran helicópteros de combate de fuselaje delgado. Los tripulantes estaban uno detrás del otro: por su configuración uno tenía que ser el piloto y el otro el artillero. Debajo del fuselaje principal tenían un cañón de grueso calibre. A los lados del fuselaje tenían unas protuberancias como alas, con dos grupos de cuatro misiles, y en las puntas de las alas lo que parecían antenas o podrían ser ametralladoras de menor calibre. Por la distancia no se podía distinguir con certeza.
—Brujo, solicito permiso para disparar—dijo Burro.
—Animal, el enemigo aún no está al alcance de los misiles —comentó Brujo—. De igual manera quiero que los dispares al momento en que Burro dispare. ¿Puedes vincular la mira de tus misiles con la mira del rifle de Burro?
—Erm… creo que sí, conozco como se debe hacer, no creo que sea difícil ponerlo en práctica —respondió Animal.
—Déjame te ayudo —dijo Gecko—, en tu pantalla de tu casco de visualización múltiple, busca la que tiene los datos de los misiles, allí debe haber una opción para compartir la mira.
—Sé cuál es —dijo Animal—. Ese no es el problema. Vincular la mira es fácil. Mi unidad tiene dificultades con el sistema de vinculación del gatillo y los técnicos, como siempre, nunca han encontrado cual es el problema.
—¡Mierda, es verdad! —dijo Sisco.
—No se preocupen, dispararé al mismo tiempo que Burro —respondió Animal.
—Con eso es suficiente, la idea no es que lo destruyan. Solo que sepan que no se pueden acercar más —dijo Brujo.
—Pero les darás nuestra posición —discutió Gecko.
—Sí, esa es la idea —respondió Brujo—. ¿Están listos?, ¿Burro?, ¿Animal?
—Afirmativo —contestaron ambos.
Si no conociera a Brujo, diría que se estaba contradiciendo. Algo tenía en mente que no había compartido con nosotros. Me daba la impresión de que si el enemigo sabía dónde estábamos también lo podría saber Tlaximaltepoztli.
—¡Disparen! —ordenó Brujo.
El disparo del rifle franco tirador de Burro se escuchó detrás de nosotros, seguido por cuatro misiles.
—¡Avancen a la posición del enemigo! —ordenó Brujo—. Cuiden sus flancos y tengan las armas listas. No disparen si no les han disparado primero.
Al momento en que mi AC se levantaba se escuchó a Burro decir por la radio: —Objetivo alcanzado, impacto positivo, la unidad aérea está cayendo.
—Buen tiro —dijo Gecko—. Tu primera muerte. Ya no eres virgen, ya eres un soldado de verdad.
—No es momento para celebrar—dijo Brujo molesto—. No tenían que destruir la unidad. Cambio de planes, no dejen que la otra unidad contrataque o escape.
El otro helicóptero cambió su rumbo para huir. Un segundo disparo del rifle de Burro se escuchó, y el enemigo fue impactado.
—A todas las unidades —dijo Brujo—. Iremos a investigar si hay sobrevivientes.
—No creo que sobrevivieran el primer tiro —dijo Gecko—. ¿Vieron el video de la mira? Wow. Cuando el disparo acertó, la cabina se llenó de sangre. Sus cuerpos explotaron. Dos pájaros de un tiro —se carcajeó.
Imaginarme lo que Gecko describió me dio náuseas, eran dos seres vivos que acabábamos de matar. Solo esperaba que los otros dos sobrevivieran de alguna forma.
—Ese fue un tiro en un millón. Ozohuitli no se roben todo el crédito —se escuchó en la radio de corto alcance la voz de Warlock—. No quisiera estar al otro lado de la mira de quien haya hecho ese disparo.
—Qué agrado escucharlos —respondió Brujo.
—Logramos destruir la unidad que estaba bloqueando la comunicación. De no ser por su tiro certero hubieran matado a Zafiro. Ahora tenemos un nuevo modelo de una araña enemiga bajo nuestro control. Lo que me sorprende es la similitud con nuestros AC.
—¿Un AC enemigo? Nosotros no encontramos una unidad como la que describes, solo derribamos dos unidades aéreas, no una araña —respondió Brujo.
Araña era el nombre que se le asignó a las unidades enemigas. Cuando el imperio de Ælagar comenzó a sustituir los tanques por unidades robóticas, estas tenían de seis a ocho patas para solventar problemas de equilibrio. Hoy en día usan dos o cuatro patas; orugas o ruedas, dependiendo del terreno, tamaño o función, de igual manera el apodo les quedó. No se comparan en versatilidad a nuestros AC bípedos.
—Ozohuitli, Tlaximaltepoztli. El escenario ha cambiado. Serán llamados Alfa y Bravo según el protocolo de contingencia de la misión. Reporten. Omega.
—Omega. Reportando: Descendimos de emergencia luego de un ataque sorpresa al grupo Bravo. Encontramos una Atokatl que estaba bloqueando las señales de comunicación. Fuimos emboscados por una unidad AC Enemiga desconocida. Parece ser que lograron reducir el tamaño de sus unidades. Un disparo directo al torso perforó la unidad matando al piloto. Fin del reporte. Líder Alfa.
Atokatl o pulpo, era el nombre código de las unidades CT o Comandantes Tácticos enemigas. Estas máquinas estaban llenas de antenas y tenían un gran alcance de comunicación para manejar el campo de batalla, por eso llamábamos así.
—Líder Alfa. Entendido, un Huitzilin trasportará la araña tipo AC a la base de soporte. Grupo Bravo reporte. Omega.
Les mentiría si les dijera que me agradaba el formato de las comunicaciones oficiales con Control. Con el tiempo uno se acostumbraba a que siempre iniciaban con el nombre del receptor, seguido con el mensaje y finalizando con el nombre del transmisor. Creo que ya me había quejado de esto antes, ¿no?
De ser así, pido disculpas.
—Omega. Reportando: Fuimos emboscados por un posible francotirador que destruyó el trasporte de la unidad de Zorro. Descendimos para continuar en modo crucero al no tener comunicación con base. Detectamos dos unidades aéreas enemigas que fueron derribadas. Fin de reporte. Líder Bravo.
—Líder Bravo. Enterado. Equipo Alfa y Bravo continúen la misión. Los equipos Charlie y Delta llegarán al área a investigar. Cambio y fuera. Omega.
—Equipo Bravo avancen. Líder Bravo —ordenó Brujo.
Continuamos hacia el norte en modo crucero desviándonos para investigar el lugar donde cayeron las unidades aéreas. Fue lamentable que al llegar encontramos solo escombros de los helicópteros. Parecía que las unidades fueron destruidas por armas explosivas. El daño que tenían no podía ser por nuestro ataque y el impacto al suelo. No era normal, aunque era mi primera experiencia con la muerte en un campo de batalla, mis entrañas decían que algo no estaba bien.
—Es imposible que tu disparo haya hecho eso —dijo Animal.
—Lo sé —contestó Burro—, y más que tus misiles no impactaron a las unidades.
—Control. ¿Pueden ver los daños? Líder Bravo.
—Líder Bravo —respondió Cheshire en la radio—. Confirmamos los daños. Continúen con su misión, nos encargaremos de lo demás. Tengan cuidado. Control Aéreo informa que hay unidades desconocidas en el área. Las firmas no parecen coincidir con las enemigas ni con las nuestras. Omega.
¿Unidades desconocidas? Interesante. Eso podía explicar el ataque al Huitzilin de Pollo… que descanse en paz.
Es lamentable que en la guerra uno llegue a conocer a una nueva persona y que en menos de quince minutos muera frente a ti. Es difícil crear amistades fuera de tu escuadrón. Por suerte, la milicia tiene un programa que une individuos con personalidades compatibles que puedan generar los resultados deseados sin importar los métodos para lograrlos. Esto genera un riesgo controlado. Hay escuadrones que son disciplinados a niveles casi inhumanos y otros que son los rebeldes sin causa, pero con un alto nivel de efectividad.
En nuestro caso, se podría decir que éramos uno de tantos. Sin sobresalir en efectividad ni disciplina, habíamos logrado ser conocidos en la base de entrenamiento. Hubo mucho camino por recorrer y el estatus que conseguimos no contaba para las batallas reales. Hemos comenzado desde cero y todo lo que hagamos en esta misión establecerá quienes seremos a largo plazo.
—Control. Díganos una ruta directa a la base más cercana y lo más lejos posible de las unidades desconocidas. Líder Bravo.
—Líder Bravo. Entendido, se les enviará una ruta de tres puntos de navegación dinámica sujeta al movimiento de las unidades desconocidas. Control.
—Control. Entendido, en espera. ¿Existe alguna información no confirmada de esas unidades? Líder Bravo.
—Líder Bravo. Las unidades son de mayor tamaño de las que tenemos registradas. Son cuadrúpedas y de movimientos lentos. Se desconoce aún su rango de ataque. Se puede observar que tienen un conjunto de presuntos lanzamisiles, unidades de artillería y dos cañones de alto calibre por unidad. Control.
—Control. ¿Cuál es el total de unidades en el área? Líder Bravo.
—Líder Bravo. Son cinco unidades dispersadas con un rango de un kilómetro entre cada una. Control.
—Omega. ¿Atacamos las unidades? Líder Alfa.
—Líder Alfa. Negativo. Se han enviado drones de reconocimiento. Esperen más información. Se recomienda mantener distancia. Omega.
Control nos transmitió la información no confirmada de dichas unidades por solicitud de Líder Bravo. Aunque solo era una vista aérea de una, confirmaba los datos de su tamaño.
Las unidades del norte eran más grandes y toscas que las nuestras, pero su poder de ataque era superior. Ælagar solía llenarse la boca diciendo que era una potencia con tecnología más avanzada que las «rústicas comunidades del sur», pero aún no nos había superado en el diseño de AC rápidos, efectivos y versátiles.
Sé que suena contradictorio a lo que Brenda nos comentó.
En comparación con nuestras Armaduras de Combate, las unidades del norte podían ser operadas por uno o varios tripulantes.
Estaban diseñadas de tal forma que podían intercambiar piezas con facilidad sin tener que hacerles modificaciones. Sus armas tenían la base de forma hexagonal. Era un patrón que permitía conectar diferentes tipos de armamento. Un día llevan lanzamisiles, otro día pueden tener cañones de alto calibre, armas mixtas, equipos de carga, antenas de comunicación, y muchas cosas más.
El Imperio de Ælagar dividía sus unidades según la función:
Rastreador: Unidades pequeñas, con alta movilidad. Eran las únicas que tenían ruedas de gran tamaño para moverse rápido en todo terreno. Con capacidad para tres módulos de armas. Podían ser manejadas por uno o dos tripulantes.
Asalto: Unidades de oruga similares a los tanques, capaces de cargar hasta ocho módulos de armas. Estas unidades podían tener de dos a tres tripulantes. El conductor, el que se encargaba de las armas y el comandante.
Francotirador: En su mayoría eran unidades cuadrúpedas para darles estabilidad. Eran de las pocas unidades que tenían orugas como método secundario para movilizarse. No era común ver modelos de solo oruga. Tenían cuatro módulos de armas. Dos eran rifles de franco tirador y los otros dos de defensa de corto alcance.
Defensor: Armadas hasta los dientes. Eran de oruga o cuadrúpedas con múltiples módulos de armas dependiendo de la ocasión. Al igual que las unidades de asalto eran tripuladas por dos o tres miembros.
Artillero: Cuadrúpedos con seis módulos de armas, cuatro de artillería y dos de defensa. Tripuladas hasta por tres personas.
Comandante Táctico: También conocidas como Atokatl o pulpos, estaban cubiertos por radares y antenas. Podían autodefenderse al tener cañones de corto alcance. Por sus ruedas, podían moverse rápidamente en el campo de batalla. Con tres tripulantes: conductor, artillero y especialista en radar y comunicaciones.
Las últimas, pero no menos importantes, son las unidades experimentales bípedas de ataque: Eran el último modelo de unidades conocidas que estaban produciendo. Estas eran las más pequeñas de todas, pero aun así tenían mayor altura y volumen que las nuestras. La unidad más pequeña conocida era de diez metros de altura, con una velocidad máxima de treinta y dos kilómetros por hora con un peso de treinta toneladas. Las patas de estas unidades se diferenciaban de las nuestras porque parecían patas de aves. Eran las únicas tripuladas por una sola persona.
Por suerte, ninguna araña o gallina tiene modo crucero, de ser así perderíamos la ventaja.
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—Equipo Bravo. Avancen al punto de navegación uno. Manténganse alertas y las armas listas. Líder Bravo.
Nos movilizamos sin ningún percance hasta el primer punto de navegación. El viaje al segundo tuvo una desviación ya que el punto cambió de posición por los movimientos del enemigo. Al final llegamos al punto dos sin problemas. Control nos había informado que las unidades desconocidas seguían rumbo al norte. Parecía que su destino era la misma base a la cual nos estábamos movilizando. En este mismo punto de navegación, nos encontramos con el Equipo Alfa y cambiamos a una formación en conjunto. Un mensaje de texto llegó a mi unidad. Era de Zafiro solicitando una llamada privada.
—Zorro. ¿Estás bien? Zafiro.
—¿Sabes que estás en un canal de punto directo en privado?
—Lo sé, solo tenía ganas de molestarte. Sé que detestas el formato de las comunicaciones oficiales. Pero dime ¿estás bien?
—Gracias por preguntar, me encuentro bien. Pensé que casi moriría al despertarme. Y sí, lo odio, odio ese formato. Pero ¿qué se le puede hacer?, lo encuentro muy tedioso.
—¿Casi?, o sea… mueres o no —suspiró Zafiro—. Quien diría que tienes buenos reflejos y buen tiempo de reacción. Es una lástima que eso no aplica a todo.
—¿Qué me quieres decir?
—Ves. A eso me refiero. Pero tiene sus ventajas que no reacciones rápido. Hay cosas que es mejor que se tarden.
—No sé a lo que te refieres.
—Ash —se escuchó frustración en la voz de Zafiro—. No importa. No hay tiempo para eso ahora. Espero que estés bien y que salgamos de esta, vivos.
Zafiro cortó la comunicación de forma repentina. Me quedé con la sensación de que se había molestado por algo.
—Grupo Alfa y Bravo. Las unidades enemigas han disparado artillería a su posición. Control.
—Maniobras evasivas —ordenó Warlock.
Los disparos de artillería comenzaron a impactar alrededor de nosotros. Gracias al previo aviso de Control logramos sobrevivir la primera ola de bombardeo.
—Equipos Alfa y Bravo. Cinco unidades enemigas han aparecido en el radar, están a menos de cinco kilómetros a sus tres en punto. Control.
Fue una emboscada. No teníamos otra opción que combatir. El hecho de que éramos un número mayor de unidades, no quería decir que podíamos contar con la superioridad numérica. Si un disparo de la artillería nos golpeara nos mataría. El campo de batalla no estaba a nuestro favor, no solo teníamos que estar pendientes de la artillería, sino que también de las unidades enemigas que se estaban acercando.
—Equipo bravo. Fuego a discreción. Líder Bravo.
La orden fue dada. Rompimos la formación para dirigirnos al enemigo a nuestras tres en punto. Cinco contras seis. Una batalla justa ya que las armas enemigas podían causar más daño. Burro se quedó a una distancia considerable de nosotros tratando de ubicarse en una posición ventajosa. Todos activamos el modo crucero y avanzamos a toda velocidad.
Y allí estaban, las unidades enemigas. Eran Modelos bípedos con ametralladoras a los lados que nos dispararon a matar, obligándonos a ejecutar maniobras evasivas disminuyendo nuestra precisión de puntería. El apodo que se usaba para estas unidades era: Totolin o Gallinas; ya que no tenía sentido llamarles Arañas porque las patas se parecían a la de los pájaros.
—Confirmo un nuevo tipo de unidad. Es diferente, más ágil y pequeña. No es un Totolin, parece un AC, similar al capturado. Atacando a discreción —informó Burro en nuestro canal local, disparando a la nueva unidad.
El desconocido, era, en definitiva, un modelo nuevo de menor tamaño y con mayor movilidad como burro nos había informado. Aumentó velocidad de forma repentina, haciendo que el tiro de Burro fallara. Viajaba en modo crucero y se acercaba a nosotros a gran velocidad. No podía reconocer el arma que cargaba con los dos brazos.
Mientras tanto, una ráfaga de misiles salió del AC de Animal impactando y dañando un Totolin en una pata. El daño no fue lo suficiente para tumbarla, pero sí para disminuir su movilidad. Concentramos nuestro ataque en la unidad dañada. Observamos como el módulo de eyección del enemigo salió de la unidad antes de que esta cayera al suelo.
No existían reglas escritas, pero nos habían entrenado a que respetáramos los módulos de eyección mientras el o los ocupantes no nos atacaran. Era un acto de misericordia de nuestra parte para demostrar que no éramos asesinos desalmados.
Un par de tiros impactaron mi unidad. Qué sensación más horrible. El sonido de las balas golpeando la espalda de mi AC y el movimiento que el impacto produjo era algo que no me esperaba, Las rondas de entrenamiento no te preparaban para ese tipo de situaciones. Como el daño fue moderado, mi unidad siguió funcionando.
Concentré todo mi esfuerzo en atacar al AC falso mientras el resto del escuadrón combatía a los Totolin. No me di cuenta en qué momento la artillería cesó.
El segundo ataque de Burro impactó al AC falso. Esto le arrancó el brazo izquierdo haciendo que botara el arma y se detuviera por un momento. Eso nos abrió la oportunidad de dispararle a las piernas, pero, aun así, mi objetivo hizo un giro imprevisto dando un salto repentino, haciendo que fallara el disparo y que lo perdiera de vista.
El miedo entró a mi cuerpo y me era difícil concentrarme. Tenía que estar pendiente de demasiadas cosas a la vez y mi mente estaba al borde de la desesperación. La batalla no era para nada similar a lo que me había acostumbrado en los entrenamientos. Podría decir que nada, pero absolutamente nada te prepararía para las batallas reales, ni a esa sensación de que, si no matas, te matan; ni a ese temor de que un error puede costarte la vida.
Gecko tenía razón. La guerra no es un juego en el cual solo apagas la consola y sigues con tu día a día para intentarlo de nuevo.
—Gracias Burro, te debo una —transmití con voz temblorosa.
—Tranquilo. Es mi trabajo cuidarlos —respondió.
—¡Cae maldito! —gritó Gecko, mientras atacaba a una gallina con su escopeta y su rifle de asalto al mismo tiempo, cada arma estaba en diferente brazo. Dirigió su ataque a las piernas tumbando la unidad. Dos menos.
Parecía que el norte no había aprendido la lección. El punto débil de las unidades bípedas son sus extremidades inferiores. Mientras Control no diera la orden de atacar a matar, teníamos que dañar al enemigo lo más posible sin eliminar a los tripulantes. Por ese motivo se creía que la guerra había durado más de lo necesario.
—¡Gecko, ten cuidado¡ —alertó Animal, pero fue en vano. En ese momento, el AC falso apareció de la nada golpeando a puño limpio a Gecko en la cabeza. Animal intentó interceptarla cuando su unidad se desplomó de repente.
—Equipo Bravo… —el sonido en la radio se estaba perdiendo—. Tengan cuidado, hay un Impulso…
Mi AC se apagó, y por la velocidad que llevaba, también se desplomó. Casi al instante sentí que voltearon mi unidad para ponerla boca arriba. El sonido fue horrible y el olor a corto circuito era espantoso.
—Soldado de NUS —escuché, parecía que la voz venía del exterior. Creo que de la unidad enemiga que me tenía a su merced. Era una voz distorsionada y amortiguada; en ese momento pensé que mi vida terminaría—. Abandone su unidad y no intente hacer nada de lo que pueda arrepentirse. Dispararemos a matar si intenta atacar o escapar.
Tuve que utilizar los sistemas manuales para abrir mi unidad. Cuando salí, vi que tenían a algunos de mis camaradas boca abajo en el suelo con las manos en la cabeza para luego amarrárselas a la espalda. Los tripulantes de las unidades enemigas estaban capturando a los demás.
El sonido de maquinaria, más la sensación de que tenías el peligro cerca, hizo que recordara que me estaban apuntando con un arma que me podría desvanecer de un solo disparo.
El AC falso era negro con un leve tono púrpura. Estaba cerca, demasiado cerca, aunque era imposible por el tamaño de las máquinas. Aun así, sentía que su cabeza estaba frente a la mía, más que, lograba ver los lentes de sus cámaras en la cabeza ajustándose, como enfocándose. Sin dejar de apuntarme, la unidad se acercó más. El piloto abrió la cabina en el torso. Al subir el visor de su casco vi que era una mujer.
—¿Feneco? —dijo apuntándome con el arma— ¿No lo puedo creer? José. ¿Tú eres el Zorro?
Aunque la piloto enemiga me era familiar, no sabía cómo es que me conocía.
—No intentes hacer nada raro —dijo, e hizo una señal de que me esperara un momento—. Copiado. El impulso electromagnético fue un éxito. Capturamos doce unidades enemigas y a sus pilotos. Solicitamos transporte para los sobrevivientes, prisioneros y sus máquinas… Entendido —Informó sin dejar de apuntarme, luego me miró fijo a los ojos—. Soy la teniente Oddsdóttir. En el nombre de las naciones unidas de Ælagar estás bajo arresto militar…
El apellido Oddsdóttir, me era familiar. Tenía la oportunidad de sacar mi arma para atacarla y tratar de huir. Aunque pensé que no valía la pena. Parecía que al igual que nosotros respetaban a los pilotos caídos.
—…serás considerado prisionero y serás tratado de acuerdo con las leyes de prisioneros de guerra de las naciones unidas de Ælagar. ¿Puedes confirmarme de forma verbal que has entendido?
—Sí comprendo —respondí.
—Debes acostarte en el suelo boca abajo con las manos en tu cabeza. Tu unidad y tus armas serán confiscadas.
Con un arma apuntándome, ¿qué otra opción tenía? Debía seguir las órdenes de mi captora para no poner en peligro a mi escuadrón. Solo esperaba que mis camaradas pensaran igual, en especial Zafiro, que solía ser… impulsiva.
Amarrado de las manos, como un animal, me permitieron sentarme junto a mis compañeros de escuadrón. Los rostros de mis camaradas mantenían una expresión neutra obedeciendo a nuestro entrenamiento. La incertidumbre era visible en sus ojos. Estábamos callados, observándonos, buscando una respuesta a lo que deberíamos hacer. Era claro. Teníamos que esperar.
La posibilidad de que control no supiera de nuestra situación era muy remota. Lo más seguro es que enviaría unidades a rescatarnos. No quería admitir la verdad, la ayuda no vendría pronto. Sabía que control tenía las manos ocupadas con las unidades gigantes que vieron en el mapa. Lástima, quería ser el que destruyera una de esas, pero no fue así. Estaba sentado en el suelo, rodeado del enemigo que nos estaba ofreciendo agua.
—Soy la médico de campo Eiríksdóttir. Según las reglas de combate, es mi deber asegurarme de que tengan la atención médica necesaria. Por favor colaboren. ¿Desean agua?
Según los tratados internacionales humanitarios. Siempre debería haber un médico de campo en la zona de batalla que debía atender a los heridos o capturados, sin importar de qué bando fueran. Mientras nos examinaban perdí la mirada en los ojos verde claros de Zafiro que estaba disgustada. Observé que suspiró y cerró los ojos en una posible resignación. Parecía que al igual que yo, sabía que no podíamos hacer nada más que rendirnos.