- ¡Vaya! si no es el viejo caballo de mi querido amigo! - exclama la mujer con una sonrisa cálida, mientras acaricia el hocico del animal.
Tarik, sorprendido por la familiaridad con la que la mujer trata al caballo, se siente aliviado. La presencia de alguien conocido por el anciano le da un respiro de tranquilidad después del encuentro peligroso con los saqueadores.
- ¿Tu nombre es Tarik, verdad? - pregunta la mujer, con los ojos brillantes de curiosidad.
- Sí, así es. ¿Y usted es...? - responde Tarik intrigado.
- Soy Zara. Me alegra ver que has llegado a salvo. El anciano me habló sobre ti y tu viaje. ¿Cómo está él? - pregunta con un matiz de preocupación.
Tarik baja la mirada, recordando el sonido de la batalla que dejó atrás.
- Está bien, o al menos lo estaba cuando me dijo que siguiera adelante. Es increíblemente hábil para su edad - dice Tarik, tratando de infundir una nota positiva en sus palabras - También me dijo que dejara al caballo.
Zara asiente lentamente, comprendiendo la situación. Su mirada se suaviza al ver la expresión en el rostro de Tarik.
- No te preocupes, el viejo sabe cuidar de sí mismo, podemos dejar el caballo aquí mismo, siempre sabe cómo volver a casa. Ahora, ven, acompáñame. Seguiremos el viaje a pie.
Tarik asiente agradecido, y junto a Zara, comienza a caminar hacia un sendero que se adentra en el bosque. Mientras avanzan, el sol empieza a ponerse, tiñendo el cielo de colores cálidos y anaranjados. La brisa fresca del atardecer acaricia sus rostros mientras el canto de los pájaros acompaña sus pasos. Zara, con un tono tranquilo, comparte historias sobre el anciano y sus incontables aventuras, llenas de sabiduría y enigmas. Tarik escucha atentamente, encontrando consuelo en las palabras de Zara.
Cuando el último rayo de sol desaparece tras el horizonte, un manto de estrellas comienza a cubrir el cielo. La luna, resplandeciente, ilumina el sendero frente a ellos. Zara se detiene un momento, señalando un claro en el bosque.
- Acamparemos aquí - dice ella, sacando una pequeña bolsa de provisiones de su motete - Mañana, continuaremos hacia el reino. Allí encontrarás lo que buscas.
Tarik asiente, agradecido por la compañía y la guía de Zara. Juntos, preparan un pequeño fuego para calentarse, mientras la noche se despliega con su manto de serenidad. Las chispas del fuego danzan en el aire, creando un ambiente acogedor y tranquilizador.
Al amanecer siguen su camino, siguen charlando mientras encuentran bichos raros, flores muy interesantes y tienen una hermosa vista. Después de mucho andar llegan al final del camino, en este se encuentra una bajada muy empinada. Fijándose más al fondo se dan cuenta que hay muchas jaulas con guardias vigilándolas.
- Debemos atravesar ese camino - dice Zara.
- ¿No es muy peligroso? - pregunta Tarik con aparente preocupación.
- Tengo un plan - responde Zara mientras se hinca y toma una ramita del suelo - Bajaremos sin que noten nuestra presencia, luego nos separaremos y yo mantendré ocupados a los guardias. Debes llegar al otro lado y si al cabo de 10 minutos no estoy contigo deberás seguir tu camino solo.
Tarik acepta su plan cofiando en ella. Bajan la colina con cuidado porque está muy empinada. Después de 10 minutos de bajada llega el momento de separarse, Tarik se va por el camino de la izquierda mientras que Zara va al centro a hablar con los guardias. Tarik busca alguna forma de entrar pero no ve nada más que una pequeña apertura en la valla de madera que rodea el campamento. Se acerca con cautela, asegurándose de no hacer ruido, y logra deslizarse por el espacio estrecho sin ser detectado.
Al otro lado, el ambiente es tenso; el sonido de las conversaciones de los guardias se mezcla con el crujir de las hojas secas bajo sus pies. Tarik mantiene la cabeza baja, avanzando entre los puntos muertos, hasta que un guardia cree haber visto algo y Tarik debe esconderse.
Mientras tanto, Zara, fiel a su palabra, entretiene a los guardias con una historia convincente, manteniéndolos alejados de su verdadero objetivo. Su voz, firme y segura, resuena en el aire fresco, otorgándole a Tarik el tiempo necesario para moverse con prudencia.
Tarik sin saber muy bien a dónde ir llega al lugar donde se encuentran los prisioneros. Estos son personas con enfermedades mentales, discapacidades físicas o personas en pobreza, según lo que se puede ver no son ladrones ni saqueadores. Entre todas estas personas Tarik ve a un grupo que se le hace familiar, se acerca lentamente y se queda observándolos.
Después de unos segundos de estar en shock Tarik lo recuerda. Estas personas son su familia, la cual abandonó después de tanto maltrato. Se volvieron a reencontrar pero esta vez Tarik es libre y ellos están encerrados. Más que furia Tarik siente tristeza, aunque su antigua familia lo maltrató cuando era niño este nunca sintió rencor hacia ellos.
Su madre parece darse cuenta que hay alguien ahí pero ella no lo reconoce, ella cree que Tarik es un guardia así que se asusta. Tarik siente un nudo en la garganta al ver el miedo en los ojos de su madre. Se toma un momento para respirar profundamente y decide acercarse con cautela, asegurándose de que su presencia no sea percibida como una amenaza.
- Estoy aquí para ayudarlos - dice Tarik en voz baja, mirando a su familia con determinación - Mi compañera está distrayendo a los guardias, pero debemos actuar rápido.
Su madre y sus hermanos sienten un destello de esperanza. Tarik comienza a idear un plan para liberarlos, consciente de que cada minuto cuenta. Juntos, buscan una forma de abrir las jaulas sin alertar a los guardias, utilizando cualquier herramienta improvisada a su alcance.
Los guardias de las cercanías, alertados por un ruido se acercan rápidamente. Tarik, sin dejarse intimidar, se enfrenta a ellos con valentía. Lucha con todas sus fuerzas, utilizando cualquier movimiento con el cual pueda incapacitar a los guardias. Con agilidad y su gran fuerza, logra reducir a varios guardias, mientras su familia y otros prisioneros observan con asombro y esperanza.
Con un último esfuerzo, Tarik logra abrir las jaulas, liberando no solo a su familia, sino a todos los que pueden salvar. El grupo se prepara para huir. Tarik guía a los liberados hacia la valla, mientras los demás guardias se dan cuenta de la fuga. Zara incapacita a varios guardias con rápidos movimientos karatekas.
Una vez a salvo, Tarik se toma un momento a solas con Zara - Lleva a mi familia al pueblo Azuliza. Yo seguiré mi camino al reino Ciudad Azulona para convertirme en caballero - dice Tarik con determinación.
Zara asiente, comprendiendo la importancia de su misión. Ambos se despiden con un abrazo, sabiendo que sus caminos podrían cruzarse de nuevo en el futuro.