Capítulo 46: De Vuelta en El Campo

La puerta se abrió con un crujido silencioso mientras la luz de la mañana se derramaba en la habitación.

Martha entró, equilibrando una bandeja de comida en sus manos.

—Buenos días, cariño —dijo suavemente, con voz cálida—. Te traje algo para comer.

Lily estaba sentada acurrucada en la cama, con los ojos grandes y vacíos. No había dormido nada.

Cuando Martha se acercó, vio los círculos oscuros alrededor de sus ojos y su sonrisa flaqueó. Dejó la bandeja sobre la mesa y se agachó junto a la cama.

—¿No dormiste, verdad? —preguntó con dulzura.

Lily permaneció en silencio, jugueteando con la manta.

Martha suspiró, apartando el cabello de la frente de Lily.

—Lily, háblame. ¿Qué pasa?

Lily giró el cuello, apretando los labios firmemente.

Fue entonces cuando Martha lo notó.

Una pequeña marca, tenue pero inconfundible, se asomaba por el costado del cuello de Lily.

Martha se quedó inmóvil.

Lentamente, extendió la mano y apartó el cabello de Lily, revelando completamente la marca.