Victoria se arrastró por sus muslos con gracia lenta y deliberada, sus ojos fijos en los de Zayn.
Él seguía sentado en el borde, su miembro grueso y palpitante, aún doliendo por los juegos previos rudos que ella había suplicado. Una fina línea de sangre bajaba por el muslo de ella desde donde los dedos de él la habían desgarrado.
Ella se arrodilló ante él.
Sin palabras.
Solo el arrastre de sus manos a lo largo de sus muslos. El lento deslizamiento de su lengua por el costado de su miembro.
Zayn dejó escapar un gruñido bajo, sus músculos tensándose mientras Victoria tomaba su miembro en su boca, centímetro a centímetro.
Su lengua se movía lentamente al principio, enroscándose alrededor del grosor de él, trazando su longitud con facilidad practicada, como lo había hecho innumerables veces antes.